El proyecto consiste en la reforma de esta antigua vivienda de portero, situada en la cubierta de una
finca del barrio barcelonés de
Gracia. Con una ubicación privilegiada por encima de los edificios vecinos
y rodeada de una gran terraza, la vivienda presentaba ciertos déficits como su pequeño tamaño de
apenas
38 m2.
Una pareja australiana quería reformar el apartamento para que funcionara como residencia ocasional,
priorizando los espacios de día. Querían un espacio cálido, confortable y funcional, con la mayor
versatilidad y almacenaje posibles.
Funcionalmente la propuesta resuelve crear un espacio principal formado por una cocina con isla y una
zona de estar. Por la noche este espacio se convierte en dormitorio mediante la apertura de una cama
abatible oculta en el mobiliario de pared. Tras la cocina se oculta una zona de mayor privacidad que
consiste en un vestidor-estudio que da acceso al baño.
El
concepto de diseño se centra en la envolvente del espacio, cubriendo paredes y techos con
carpinterías de madera a medida que alternan la laca blanca satinada y la chapa de roble natural claro.
Estas carpinterías perimetrales constituyen unidades funcionales y de almacenaje que optimizan el
pequeño apartamento a la vez que unifican y ennoblecen el espacio. El resultado es una pequeña
vivienda luminosa y cálida, donde los numerosos detalles se visten de pureza y sencillez.
De esta forma, las ventanas cuyos huecos no podían modificarse, se sustituyen por nuevas ventanas
acabadas en la misma chapa de roble y fundidas así con la envolvente. Los aplacados de paredes
ocultan armarios con diferentes profundidades y funciones. El pavimento se acaba en un parquet
flotante de madera de roble claro, que emula la madera del resto de paramentos. El techo original de
vigas de hormigón se reviste también de madera de color blanco, ocultando las imperfecciones de la
construcción y las instalaciones.
El núcleo formado por el mueble mural de cocina y el vestidor, acabado en laca blanca, es el único
elemento divisor del espacio. En su parte superior se oculta la unidad de clima que impulsa el aire
mediante rejillas de impulsión practicadas en el frontal.
La
cocina incluye un pequeño hueco de trabajo con armarios superiores de roble e iluminación LED
oculta. La isla amplía la superficie de trabajo y forma una mesa de comedor más baja acabada igual que
la cocina. Dos lámparas de suspensión &Tradition y las sillas Vitra completan el mobiliario delante de
una pared con ventana totalmente revestida de roble.
La
sala, situada al fondo junto a un ventanal alargado, se completa con un mueble mural blanco que
esconde una cama abatible y espacio de almacenaje. El mobiliario de esta zona lo componen elementos
ligeros y fáciles de mover como las butacas Paulistano, la lámpara de pie de Marset y una mesa auxiliar
de roble de Muuto.
La zona del
vestidor cuenta con armarios de suelo a techo de color blanco. La pared exterior con la
ventana en madera de roble, está equipada por un mueble con escritorio extraíble, tapa batiente y
diversos armarios y cajones. Esta zona da acceso al baño de la vivienda, sobriamente acabado en
porcelánico de color blanco con ducha de obra en el mismo material y un amplio mueble de lavabo con
frentes en la misma madera de roble.