Esta vivienda de 370 metros cuadrados diseñada por Anastasia Arquitectos se sitúa en uno de los barrios más exclusivos de la ciudad brasileña de Belo Horizonte. El enfoque arquitectónico busca maximizar la integración de las áreas exteriores e interiores, difumianado sus fronteras, y, a continuación, aumentando la sensación de amplitud. Debido al tamaño reducido de la parcela -450 metros cuadrados-, los espacios residuales y de circulación prácticamente se han eliminado (por ejemplo, no hay ninguna entrada definida en la vivienda con el objetivo de mantener una cierta permeabilidad entre el jardín y el interior, para acceder se han instalado grandes puertas giratorias en la fachada).
La planta es rectangular y compacta, y se extiende hasta los límites laterales de la parcela. Las habitaciones reciben iluminación tamizada gracia al uso de cristal tipo u-glass que actúa como un buen aislante térmico debido a la existencia de una capa de aire entre las láminas de vidrio. El interior además recibe luz natural a través de un jardín interior situado en el salón que permanece cubierto por una pérgola de vidrio. Por lo tanto, la casa se inunda de luz natural cenital e indirecta durante el día, evitándose además el calor excesivo de la luz solar directa.
El viento predominante proviene de la calle, por lo que las puertas giratorias funcionan como reguladores de la ventilación natural interior. Pueden permanecer totalmente abiertas en el verano favoreciendo la ventilación cruzada, o cerradas en el invierno, e incluso semi abiertas si se desea poca ventilación.
La residencia se estableció en el nivel de la calle, un metro por encima del terreno natural, con el fin de evitar irregularidades y mejorar la accesibilidad de las áreas sociales. Y, también de este modo proteger más la vivienda de la humedad del suelo. Es importante recordar que una de las razones para la implantación de una planta compacta, reduciendo su huella, fue aumentar la permeabilidad del suelo, algo que realmente se necesita en nuestras ciudades.
Los colectores solares (que cumplen con la casa y la piscina) ocupan la mayor parte de la cubierta imposibilitando su uso como terraza al aire libre. El resultado ha sido una residencia Ultraligeros (a pesar de su estética de hormigón a la vista), generosamente iluminada y ventilada, con espacios agradables que invitan a hacer el mejor uso posible de la superficie exterior.
Con la
Guingueta además de dar frescura y calidez a la idea de Chiringuito, el equipo
Sandra Tarruella ha interpretado el concepto de tapas de Carles Abellan y valorizado el producto fresco de sus Cocktails y germinados.
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© Meritxell Arjalaguer |
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© Meritxell Arjalaguer |
"Al color rojo, punto de partida y color obligatorio para todos los chiringuitos de playa de
Barcelona, le hemos añadido otros tres colores como el naranja el negro y el verde militar que conjuntados con la madera natural de las mesas , el mimbre de las lámparas y el juego de luz que pasa por las persianas de madera nos crean un ambiente acogedor ,relajado y con un toque masculino". Comentan desde el estudio de interiorismo.
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© Meritxell Arjalaguer |
"Al concepto típico de Chiringuito hemos añadido las mesas comunitarias, unos bancos con colchonetas cómo zona lounge y el corner de los cócteles y helados donde la fruta y germinados a la vista nos trasmiten la frescura y la alegría de los colores naturales y al mismo tiempo son un reclamo para el cliente y un elemento distintivo de la creatividad de Carles Abellan".
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© Meritxell Arjalaguer |
El resultado final es un diseño fresco basado en el concepto tradicional de chiringuito mediterraneo sin renunciar a pinceladas creativas.
Datos del proyecto:
Localización: Barcelona, España
Equipo Sandra Tarruella Interioristas
Responsable Cecilia Moretti, Ricard Trenchs
Colaboradores Nuria Calderon, Elsa Noms
Superficie 120 m2
Cliente Carles Abellan
Fotógrafo Meritxell Arjalaguer
Este proyecto situado en el paseo imperial de
Madrid ha consistido en la rehabilitación de un antiguo edificio que hacia la función de centro comercial. El proyecto de rehabilitación ha sido desarrollado por el equipo de arquitectos de
E. Bardají y Asociados y ha recibido recientemente el
premio internacional Archzinc, que premia a aquellos edificios innovadores que emplean el zinc como material principal. El edificio sigue manteniendo su uso como centro comercial, pero a diferencia del edificio anterior con una mayor transparencia. Además en él encontramos las nuevas oficinas de la multinacional de la distribución MAKRO en España.
La actuación pretende inscribir el edificio en un ámbito de gran proyección urbanística futura, no solo por la reciente construcción del
Parque del Río Manzanares, sino por el desarrollo del APE 02/21 “Operación Calderón/Mahou”. Esta ubicación, en el centro de Madrid, aúna la deseada imagen industrial de la compañía, con los requerimientos de adaptación al entorno edificado y la necesidad de una rápida apertura al público. Apenas diez meses después de visitar por primera vez el sitio, el almacén es ahora un moderno edificio con fachadas de cristal con vistas a la ciudad.
El uso intensivo de un único material, el zinc en su color natural, pero con diferentes soluciones compositivas y constructivas, proporciona al edificio tanto una unidad de conjunto como una imagen potente y a la vez austera, resultando un conjunto sobrio y elegante que vibra bajo la luz cambiante como una gran sirena varada sobre el céntrico Paseo Imperial de Madrid.
Las Oficinas Centrales se han desarrollado conceptualmente alrededor de tres principios prioritarios para la compañía alemana: Austeridad, Sostenibilidad y Diseño versátil y participativo. El conjunto generado apuesta por la creación de un espacio diáfano y abierto, con soluciones honestas e integrales en el que la luz ayuda a la transformación de los espacios, creando lugares flexibles que se adaptan a las necesidades de la compañía y las personas que en ella trabajan. El resultado ha sido un edificio inteligente, de distintas alturas, respetuoso con el medio ambiente e integrado en su entorno.
Datos del Proyecto:
Localización: Madrid, España
Arquitectos: Enrique Bardají Álvarez y Carlos Santi Merayo
Proyecto: 2012
Superficie: 17.751 m2
Presupuesto: 7.246.843,21 euros
Cuando el diseñador Christofer Coleman recibió el encargo de diseñar el interior de este apartamento situado en el Upper West Side de Nueva York decidió experimentar con los colores, empleando un esquema cromático osado y atrevido que fuera a juego con la colección de arte contemporáneo latinoamericano que posee el promotor. A través de esta rica paleta cromática se ha logrado diferenciar los diversos ambientes que componen el interior.
Del Hall de entrada al salón y comedor los suelos, paredes y techos son blancos. La nota de color viene dada por un mobiliario de corte desenfadado y alfombras que tienen como objetivo establecer un elemento separador de ambientes. Por ejemplo, en el living principal encontramos una alfombra con motivos geométricos en tonos grises, azules y amarillos que es la clave de color en esta habitación. Dos sillas amarillas y dos sofás azules completan el diseño de esta estancia. El diseño de los sofás (ambos diseños personalizados) crea un diálogo formal interesante entre azul, con formas orgánicas cálidas y suaves, y el gris con líneas más rectas y con una geometría más limpia. A lo largo de toda la sala destacan pequeñas piezas decorativa de la selecta colección de arte de la pareja.
Pero fue en las habitaciones donde Christopher se atrevió más con los colores. En el dormitorio principal se eligió un azul Klein , presente en los paneles de cristal que cubren parte de las paredes, en la ropa de cama y una silla de lectura. En el dormitorio de los niños el color se utiliza con mayor generosidad, con tonos atrevidos como un esmeralda verde que encontramos en la alfombra, las paredes, los muebles e incluso la pared decorada con patrón basado en formas geométricas abstractas. En el dormitorio de las hijas se ha empleado una mezcla de color entre el lila y el morado, una silla escultórica en acrílico de alta resistencia transparente en color rosa se erige como el elemento destacado de esta estancia.
Las áreas comunes de la casa, como el baño, el vestíbulo y la sala de invitados están cubiertas con colores más neutros (gris, blanco y negro), lo que supone la creación de una clara distinción con el área privada.
Este proyecto desarrollado por
McClean Design ha consistido en la remodelación de una vivienda de diseño contemporáneo que databa de 1970. Aunque la estructura se encontraba en buen estado está no disponía de los dormitorios que requería la familia, además su configuración original no explotaba las impresionantes vistas sobre el área metropolitana de Los Ángeles.
La casa existente ha sido modificada para abrir el interior al exterior, favoreciendo su conexión con los espacios al aire libre. La altura del techo se ha incrementado en las principales habitaciones con el objetivo de aumentar la sensación espacial. El interior de color blanco ha sido diseñado para resaltar las obras de arte, de tal manera que ningún elemento arquitectónico resta protagonismo a la colección. La gran cantidad de superficies acristaladas y claraboyas que posee la casa permite que la luz indirecta inunde el interior de la vivienda.
En el interior se han eliminado algunas particiones originales conectando visualmente los diferentes espacios que componen la casa. La paleta de materiales y colores empleada es sencilla, algunas áreas disponen de materiales que aportan calidez como la madera.