Diseñada en
1962 por el maestro diseñador italiano
Achille Castiglioni y su hermano Pierre Giacomo Castiglioni, la
lámpara Arco se ha convertido en un clásico indispensable para muchos interioristas. La lámpara Arco, nació de un problema práctico: ¿como tener una lámpara colgante sin necesidad de abrir agujeros en el techo?. Basándose en las farolas, la solución fue esta creación que cumple nada más y nada menos que cincuenta años, demostrando la atemporalidad de sus diseño.
La lámpara se compone de un reflector semiesférico de aluminio pulido y un arco telescópico de acero inoxidable, el arco es capaz de reflejar su luz a más de 2 metros de la base, la sencilla estructura se mantiene pegada al suelo gracias a un contrapeso de mármol de cincuenta kilos. La lámpara Arco forma parte de la colección permanente del MoMA de Nueva York.
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Achille & Pierre Giacomo Castiglioni jamás pensaron que iban a crear uno de los clásicos del diseño más reconocidos e imitados. Para crear la
lámpara Arco se inspiraron en las farolas de carretera. La lámpara arco es extremadamente ligera, aunque a diferencia de las lámparas de este tipo actuales su base es de mármol, en este mármol encontramos una curiosidad un orificio transversal que sirve para insertar un bastón de madera ayudando a su transporte. Originariamente sus diseñadores pensaron en usar hormigón para la base en lugar del mármol de Carrara sin embargo este era más tosco y la diferencia de costes no era elevada. La
lámpara Arco es comercializada por
Flos, su precio está entorno a los 2.500 €. Sin duda una pieza imprescindible en cualquier ambiente moderno.

Sus diseñadores pensaron en esta curiosa solución para espacios que no tenian puntos de luz en el techo, como mesas de comedor o sofás. Más de cuarenta años después sigue siendo una idea revolucionaria en el mundo del diseño de interiores.



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