Good Property y Turett Collaborative Architects han llevado a cabo la reforma de esta vivienda unifamiliar de seis plantas en Greenwich Village, Nueva York. El edificio neoclásico de 1853 ha sido completamente reconvertido basándose según sus arquitectos en el "espíritu de la naturaleza". El objetivo era crear un interior acogedor abierto al paisaje urbano, enmarcando las vistas a espacios y elementos característicos de Nueva York como Washington Square o el Empire State Building. La casa dispone de un total de 6 dormitorios, 6 baños y 4 aseos, así como 120m2 de espacio al aire libre. En total mas de 850 m2 que hace de esta vivienda un espacio residencial de ensueño en pleno corazón de Manhattan.
Cuando los arquitectos Anita Panov y Andrew Scott se trasladaron a a vivir a este lugar situado en el corazón de Sidney, Australia, se encontraron con una vieja vivienda de madera y un jardín trasero descuidado cuyas plantas habían crecido sustancialmente. Con sus propias manos y la ayuda de amigos han construido un sencillo anexo de 67 m2 abierto al jardín trasero. La vivienda original fue reformada completamente, aunque se mantuvo la fachada original, por ello en el interior no se aprecia cuando estamos en la vivienda antigua y cuando en la nueva extensión, ya que todo se ha fundido en un único espacio interior.
La planta es estrecha, con 15 metros de longitud y tan solo 4,5 metros de anchura. En la fachada trasera se han incluido ventanas de guillotina que permiten abrir el interior al jardín exterior y recibir luz natural y favorecer una ventilación cruzada adecuada.
"Es una ventana a nuestro jardín. La casa en sí es poco más que una armadura"
Las habitaciones se han dispuesto linealmente. Al final del edificio, junto al jardín, se integran las áreas sociales. En el jardín se ha situado un pequeño sendero realizado con ladrillos reciclados de la chimenea de la vivienda original. El sendero rodea diversas especies de árboles como eucaliptos, pinos y palmeras. Para la fachada los arquitectos se han inspirado en los edificios tradicionales de Kyoto, optando por la madera. En el interior conviven diversos materiales como el cemento quemado o la madera de cedro recuperada.
Si en el exterior se ha optado por un aspecto algo más salvaje y descuidado en el interior se ha elegido una atmósfera cálida y acogedora.
Estas dos viviendas diseñadas por [mavarq] en la ciudad de Tepeji del Río, a 45 minutos de Ciudad de México se caracterizan por el uso de materiales minimalistas y simples, entre ellos destacan el acero, el cristal y el concreto, una variedad de texturas que ofrece diversos puntos de vistas al ser complementados con formas predominantemente rectas.
© Jaime Navarro |
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La Casa DASA requería espacios continuos abiertos, una comunicación completa física y visual con el exterior, una habitación con acceso independiente y un área recreativa en la planta superior accesible y comunicada con el resto de estancias de la vivienda
© Jaime Navarro |
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Por otra parte la Casa DATRI requería espacios que mirasen más al exterior que la vecina Casa DASA. Esto ha supuesto particionarla y diferenciarla. Para los arquitectos ha sido importante crear una experiencia espacial enriquecedora, que el visitante fuera descubriendo el espacio transitando por las estancias. En este caso, hubo una demanda explícita para introducir acabados notables en el interior que en su mayoría están cubiertos por el uso de sencillo materiales.
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Las viviendas han sido diseñadas como espacio vacacional para dos hermanos. Ambas viviendas comparten piscina, terraza y grill contribuyendo a crear sinergias en el complejo. Bajo esta premisa, el punto de partida fue considerar la incidencia de la luz del sol, los patrones de vientos dominantes y la topografía como las principales variables para el uso pragmático de la piscina y la terraza, que debían estar situados en la parte central de ambas parcelas. Junto a estas consideraciones, se ha elegido como nuestro modelo volumétrico de referencia la tradicional casa de campo con la azotea de dos aguas.
© Jaime Navarro |
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Una vez que se analizaron las variables se tomó la decisión de dividir simétricamente el esquema volumétrico inicial. Después, cada uno de los volúmenes de construcción fueron empujados a los extremos opuestos de la parcela con el fin de crear un espacio común central. En consecuencia, y con el fin de dar una personalidad propia a cada una de las casas de acuerdo con los gustos de cada hermano y los requisitos exigidos, empezamos a desarrollar la arquitectura de cada construcción.
© Jaime Navarro |
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El ejercicio de diseño no sólo define los espacios interiores de las casas, también busca dar forma al espacio entre ellas: el espacio exterior común. Esto se logró con el uso de voladizos en el segundo piso de las dos casas. Aprovechando la topografía del terreno se han establecido cuatro terrazas a diferentes altura que cumplen funciones específicas: la primera terraza es el nivel de acceso a la vivienda y el garaje; el segundo está dedicado a un jardín contemplativo; la tercera está en el nivel de la construcción. Este nivel común se compone de un área de superficie continua que conforma la terraza de ambas viviendas, en el centro se ubica una piscina cubierta -la cubierta está formada por el mismo material de piedra-. Por último, un jardín en la parte trasera de cada una de las casas busca dar continuidad a la cubierta del paisaje del campo de golf.
© Jaime Navarro |
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Datos del Proyecto:
Localización: Tapeji del Río, México
Arquitectos: [mavarq]
Proyecto: 2014
Presupuesto 800.000$
La casa está situada en la zona residencial de Shiga, Japón, sobre una colina, por ello los arquitectos decidieron desarrollar el edificio sobre una terraza de hormigón que permitiese desarrollar todo el programa sobre un único plano y al mismo tiempo potenciase las vistas sobre un lago cercano. El propio cliente solicitó que se potenciarán las vistas sobre el paisaje de tal manera que ninguna de las casa vecinas se interpusiera y el interior quedara protegido de miradas provenientes del exterior.
© Yoshihiro Asada |
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En este proyecto, encontramos espacios interiores versátiles que incorporan la luz y el paisaje gracias a una estrategica colocación de los vanos. El paisaje visto a través de una ventana se ve muy afectado por el tamaño o la posición de la ventana. Por tanto, es esencial tener en cuenta lo que se debe mostrar o no al ser enmarcado por la ventana, por ello Koiuchi Kimura -arquitecto del proyecto- ha huido de los ventanales que muestran grandes áreas del paisaje. A través de múltiples ventanas de diversas dimensiones se ofrece al espectador distintos puntos de vista de un mismo lugar.
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Las ventanas producen espacios confortables donde poder disfrutar de la luz y el paisaje sin ser molestado por los ojos del vecindario. Los espacios incorporan una mesa, un banco, un estante de librería, y otro tipo de mobiliario orientado a poder comer, leer, etcétera estando en contacto directo con el exterior.
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Además, el espacio también sirve como un elemento indispensable que refleja cambios en la visión de la luz y el paisaje desarrollados mientras se mueve alrededor de la habitación. La configuración dinámica del interior, en el que se percibe el cambio de luz y pasiaje, se refleja en el exterior en el volumen compuesto de varias cajas con un diseño rítmico marcado por la variedad de de ventanas.
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Arquitectos: FORM/Kouichi Kimura Architects
Localización: Shiga,Japón
Construcción: 2014
Superficie del Solar: 244,62m2
Área Construida: 137,37m2
Casa Túnel de Makiko Tsukada