Desde Mar Azul, una ciudad costera a 400 kilometros de Buenos Aires nos llega esta vivienda diseñada por la firma de arquitectura local BAK Arquitectos. En un bosque de coníferas la casa se integra en el paisaje aprovechando un pequeño desnivel, reduciendo el impacto sobre el entorno. La racionalidad presupuestaria y la facilidad para el mantenimiento han marcado el proyecto.
El estilo minimalista de la vivienda queda patente en las formas sencillas de su diseño y en las paredes desnudas de hormigón. Se busca con ello llegar a un punto de espiritualidad, de relación con el entorno, totalmente contrapuesto al de una vivienda urbana. BAK escuchó al entorno y lo complemento con un edificio respetuoso tanto en forma como en concepción, alterándolo lo mínimo posible.
El bosque crea un microclima protegiendo a la casa contra el calor de la zona sobre todo en épocas estivales. Su fachada está salpicada de grandes vanos, transportando luz natural en abundancia al interior. Bajo los pinos la vivienda se mantiene fresca en verano reduciendo la necesidad de climatización. Los ventanales están orientados hacia el bosque y el mar manteniendo relación visual directa con el entorno desde el interior en todo momento.
La casa se apoya sobre una losa de hormigón armado de 6,90 por 14 metros. En el interior convive el hormigón con la madera reciclada de pino candiense que se ha utilizado para el mobiliario. El hormigón es un material resistente, de bajo mantenimiento y relativamente económico, además es el aislante perfecto para mantener estable la temperatura en el interior desde la primavera hasta el otoño, periodo para el que está pensado el uso de la vivienda. La pequeña plataforma de madera permite una mejor integración en el paisaje y una interesante contraposición de texturas frente al hormigón.
Datos del Proyecto:
Localización: Mar Azul, Argentina
Arquitectos: BAK Arquitectos
Superficie de la parcela: 595 m2
Superficie construida: 90 m2
Comienzo: 2006
Finalización: 2007
Fotografías: Daniela Mac Adden
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El estilo minimalista de la vivienda queda patente en las formas sencillas de su diseño y en las paredes desnudas de hormigón. Se busca con ello llegar a un punto de espiritualidad, de relación con el entorno, totalmente contrapuesto al de una vivienda urbana. BAK escuchó al entorno y lo complemento con un edificio respetuoso tanto en forma como en concepción, alterándolo lo mínimo posible.
El bosque crea un microclima protegiendo a la casa contra el calor de la zona sobre todo en épocas estivales. Su fachada está salpicada de grandes vanos, transportando luz natural en abundancia al interior. Bajo los pinos la vivienda se mantiene fresca en verano reduciendo la necesidad de climatización. Los ventanales están orientados hacia el bosque y el mar manteniendo relación visual directa con el entorno desde el interior en todo momento.
La casa se apoya sobre una losa de hormigón armado de 6,90 por 14 metros. En el interior convive el hormigón con la madera reciclada de pino candiense que se ha utilizado para el mobiliario. El hormigón es un material resistente, de bajo mantenimiento y relativamente económico, además es el aislante perfecto para mantener estable la temperatura en el interior desde la primavera hasta el otoño, periodo para el que está pensado el uso de la vivienda. La pequeña plataforma de madera permite una mejor integración en el paisaje y una interesante contraposición de texturas frente al hormigón.
Datos del Proyecto:
Localización: Mar Azul, Argentina
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Superficie de la parcela: 595 m2
Superficie construida: 90 m2
Comienzo: 2006
Finalización: 2007
Fotografías: Daniela Mac Adden
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