La arquitecta Gisela Silva Monteiro ha reformado una vivienda de principios del siglo XX en la localidad de Avintes, Portugal. La casa se encontraba en un avanzado estado de abandono, algo que ha supuesto incluir en el proyecto múltiples cambios que han terminado por erosionar parte del carácter original de la construcción, mostrando tras la intervención una nueva fachada trasera de estilo contemporáneo. Los azulejos originales de la fachada principal fueron retirados y recolocados tras un proceso de restauración. Un difícil reto, el aunar el presente y el pasado, cuyo resultado es más que aceptable.
Finalmente, tras presentar el proyectos a los propietarios, se decidió mantener el volumen original pero con un interior y una fachada totalmente nuevas. El programa incluye: una suite, tres dormitorios, baños, salón-comedor, despacho, lavadero, garaje y una amplia buhardilla. En el jardín, se ha establecido un área de juegos junto con un pequeño huerto y un espacio al aire libre que funciona como extensión del interior.
Un nuevo aislamiento térmico se ha instalado bajo el nuevo techo. Este nuevo techo pintado en color café no existía anteriormente y es uno de los elementos modernos más interesantes del proyecto. Éste cuenta con seis claraboyas, un elemento que según Silva Monteiro "aporta luz natural y momentos misteriosos", haciendo referencia a la incidencia de la luz de la luna.
Datos del proyecto:
Localización: Avintes, Portugal
Arquitecta: Gisela Silva Monteiro
Proyecto: 2008
Finalización: 2011
Paisajismo: Cirurgias Urbanas
Fotografías: Marcos Oliveira
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