
Situada en la
ribera del rio Miño, esta casa diseñada por
Graça Correia y Roberto Ragazzi se adentra en el bosque quedando parcialmente suspendida evitando el desnivel propio de la ribera, flotando en el aire como si de un gran tronco se tratase. La vivienda se encuentra en una zona medioambientalmente sensible por lo que fue difícil obtener los permisos de construcción. Aunque su estructura sea sorprendente, especialmente el voladizo, no es para nada ostentosa. Sus líneas son simples; los materiales comunes:
hormigón, vidrio y madera.

Una de sus fachadas está totalmente cerrada, mientras que la otra, mediante grandes ventanales se abre al paisaje fundiendo la construcción con la naturaleza. El interior está chapado en
abedul. Muchas, desde la famosa
Falling Water de Frank LLoyd Wright a la
Casa del Desierto de Richard Neutra han tratado de adaptar la vivienda al paisaje y viceversa, en el caso de la Casa no Gerês podemos afirmar que este propósito se ha conseguido, integrándose delicadamente en un paisaje salvaje. La casa se encuentra ligeramente elevada del suelo evitando contactar con él.


El acceso se realiza a través de una escarpada escalera creada con
bloques de piedra, única referencia a la arquitectura rural de la zona que encontramos en el proyecto. El
hormigón aporta durabilidad a la construcción a la vez que crea un fuerte contraste con un
interior cálido totalmente revestido y amueblado con
madera de tonos claros.


Datos del Proyecto:Localización: Viera do Minho, Portugal
Arquitectos:
Graça Correia y Roberto RagazziComienzo: 2003
Finalización: 2007
Superficie de la Parcela: 2000 m2
Superficie habitable: 2007
Fotografías:Alberto Placido, Juan Rodrigues y Luis Ferreira Alves





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