
Para construir esta capilla situada en la localidad tinerfeña de
San Cristobal de la Laguna,
Fernando Menis se ha valido de cuatro grandes volúmenes de
hormigón ásperos y rugosos que se asemejan a las rocas volcánicas de la isla. Según su arquitecto: "Es un lugar para estimular la reflexión, para la meditación, un espacio intrínseco donde una persona de cualquier condición puede acudir a encontrarse a si mismo o unirse con otros miembros entorno a una actividad cultural". Los grandes bloques sobrecogen al visitante y a priori lo transporta a otro tiempo y lugar favoreciendo la reflexión.



Entre los cuatro volúmenes, unas
hendiduras permiten el paso de luz al interior, asegurando que éste mantenga una relación constante con el entorno que le rodea. Dos grietas en la pared del fondo crean una
gran cruz en forma de ventana que es visible desde el interior de la nave.

Desde el exterior el edificio se muestra caótico, siguiendo unos cánones desconstuctivistas con ciertas dosis de brutalismo que podemos vislumbrar en el hormigón desnudo; sin embargo el interior es totalmente contrapuesto, se muestra un programa sencillo y bien definido. Los espacios de separación entre ellas las rocas se convierten en patios de luz y ventilación natural. Además del hormigón que proporciona un nivel acústico y térmico óptimo se ha utilizado una piedra volcánica local, llamada
picón. Este tipo de roca tiene unas propiedades como aislante acústico superiores al hormigón. Además aporta una nueva textura al interior creando un interesante juego de formas y colores.



Datos del proyecto:Localización: San Cristobal de la Laguna, Tenerife, España
Arquitectos:
Menis ArquitectosProyecto: 2005
Finalización: 2008
Presupuesto: 600.000 €
Fotografías: Simona Rota
