
La segunda fase de la famosa
High Line neoyorquina fue inaugurada recientemente. Sobre la primera ya hicimos
referencia en Diseño y Arquitectura. En esta segunda fase se ha creado un entorno más ordenado y cuidado, aunque sin perder la originalidad que intrínsecamente posee un proyecto nada usual que pretende recuperar como espacio urbano una línea de metro elevado en desuso. En esta intervención se ha ampliado el parque de la calle veinte a la treinta, más del doble de longitud que la primera fase.



Lo más destacado es la plataforma de observación de la calle 26, en ella encontramos una
pradera de 450 metros cuadrados rodeada de arboles y arbustos de pequeño tamaño. La segunda fase de la High Line ha sido diseñada por
James Corner Field Operations y el arquitecto
Diller Scofidio Renfro.



Sin embargo en este caso se ha pensado que la
High Line debía de ser algo más que un jardín botánico donde pasear, convirtiéndose en un lugar donde realizar actividades al aire libre. Por ejemplo la instalación
Rainbow City será convertida en una pista de patinaje en Julio. La fotos han sido tomadas por
Iwan Baan.

