El cuerpo cúbico, de amplias dimensiones, lo fachada lisa y de clara disposición, y los materiales (ladrillo rojo, hormigón pintado de blanco, cristal y metal negro) recuerdan lo casa campestre de ladrillo que Mies delineó en 1923. Sin embargo, la solución dada a la planta queda por detrás del proyecto de aquélla. Baja lo influencia de «De Stijl», Mies concibió el interior como un espacio continuo divisible por paneles y ángulos. Por el contrario, lo organización interna de la vi­lla Lange es más bien convencional: un pro­grama espacial burgués con comedor, salón, aposentos para mujeres y hombres, ordenado en torno a un espacio central. Sin embargo, las puertas y ventanas están tan compaginados, que se crean largos ejes de visión a través de los líneas de las habitaciones, y hacia el jardín inglés. A mediados de los años cincuenta, la casa fue convertida en museo y sala de exposiciones.