El arquitecto Laurent-Saint Val ha propuesto un nuevo puente en Amsterdam. Se trata de una estructura habitable, situada en el centro histórico de Amsterdam, rodeado de edificios del siglo XVII. Para su autor, eso precisamente es lo que hace a Amsterdam inigualable, la mezcla entre la arquitectura moderna y tradicional que se da a lo largo de esta metrópolis europea. El acero soporta granes cargas, y permite construir la estructura con unos costes reducidos y con una mayor rapidez. El cristal permite jugar con las formas con elegancia y dar a la creatividad del arquitecto.
Las grandes ventanas dejan entrar la luz y permite tener unas vistas preciosas del entorno, en su interior el visitante no se siente atrapado. De este modo se mezcla lo moderno con las construcciones antiguas. El puente albergará un museo, de este modo, revitaliza la zona, evitando que ésta sea una mera zona de paso.
En el primer piso, se encuentra una tienda de bicicletas y un jardín. Un espacio dar rienda suelta a la imaginación, espacio para la reflexión y la meditación, una especie de enfrentamiento pasivo entre los mortales y el renacimiento continuo de la naturaleza. En el extremo opuesto al museo, la tienda de bicicletas y el jardín encontramos un cafetería y un restaurante. Estos comercios aportarán vida a la zona.
Las grandes ventanas dejan entrar la luz y permite tener unas vistas preciosas del entorno, en su interior el visitante no se siente atrapado. De este modo se mezcla lo moderno con las construcciones antiguas. El puente albergará un museo, de este modo, revitaliza la zona, evitando que ésta sea una mera zona de paso.
En el primer piso, se encuentra una tienda de bicicletas y un jardín. Un espacio dar rienda suelta a la imaginación, espacio para la reflexión y la meditación, una especie de enfrentamiento pasivo entre los mortales y el renacimiento continuo de la naturaleza. En el extremo opuesto al museo, la tienda de bicicletas y el jardín encontramos un cafetería y un restaurante. Estos comercios aportarán vida a la zona.