Cuatro curvas determinan la apariencia exterior y definen la configuración interior de esta casa que alberga una galería privada. Desde el exterior se asemeja a un barco varado en un bosque de gran belleza. Los espacios se suceden sin interrupción y rematan en ventanas que enmarcan el entorno natural que rodea a la vivienda. Los volúmenes han sido creados con estructuras de madera prefabricadas que se ha ensamblado sobre un podio antisísmico de hormigón.
El exterior negro contrasta con un paisaje que permanece nevado durante gran parte del año. El diseño exterior está marcado por una forma longitudinal acusada que se traslada al interior. En él un pasillo curvado conecta las dos plantas. Este pasillo recibe luz natural a través de una claraboya que lo recorre de extremo a extremo creando un interesante juego de luces y sombras.
La forma peculiar de esta casa-galería condiciona su interior: paredes curvas, techos de diferentes altura, fuerte contraste lumínico y cromático son algunas de las características más destacadas de esta vivienda diseñada por Satoshi Okada.
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