Completamente fundida con la naturaleza encontramos esta casa situada en una isla cercana a Stocolmo. Se trata de una casa de verano diseñada por el arquitecto local Widjedal Racki Bergerhoff. La casa se adapta al accidentado terreno gracias a una estructura de madera, lo que refuerza su esencia natural y orgánica.



Como en la mayoría de sus diseños, el arquitecto explora la frontera entre el interior y el exterior. La casa posee una doble cara, gracias a una "cascara" de madera que protege a sus habitantes del exterior, pero que a la vez permite la apertura a dos patios exteriores. 1/3 de su planta, en forma de H, de ahí su nombre se encuentra abiertas al exterior, protegidas sólo por un voladizo. Este espacio ha sido aprovechado para crear un pequeño salón abierto con chimenea incluida.