Concrete ha finalizado el
Hotel W en Leicester Square, Londres. La firma de interiorismo holandesa se ha encargado del diseño interior del hotel desde el hall hasta las habitaciones, en total 8100 metros cuadrados de puro lujo. En el hall nos recibe una escultura creada a partir de más de
280 bolas de discoteca. Una extraña combinación de decoración retro y moderna nos espera al adentrarnos en el hotel.
La atmósfera creada permite a los huéspedes realizar un viaje a través del tiempo y el espacio. En la primera planta tres podios circulares cromados hacen la función de mostradores de registro e información.
Para uno de los diseñadores de
Concrete, Rob Wagemans, la estancia más interesante del hotel es el
bar W. En el podemos ver por ejemplo un sofá de 37 metros de largo, pensado para que los clientes se conozcan y dialoguen entre ellos. El diseño ecléctico del sofá sugiere que se encontraba allí antes de la llegada del hotel, haciendo patente nuevamente la mezcla entre lo antiguo y lo moderno. Además de este, el hotel cuenta con otro bar, el
Wyld Bar, y un restaurante, el
Spicemarket.
El equipo de diseño tan sólo tuvo
13 meses para crear y realizar el proyecto, por lo que, de acuerdo con Wagemans, el equipo necesitaba reinterpretar con frecuencia sus planes.
Tras tres años de trabajo, donde los artesanos locales han sido los protagonistas, este
antiguo monasterio transformado posteriormente en granja situado en la región italiana de
Apulia, concretamente en la provincia de
Brindisi, ha sido transformado en un hotel de lujo, donde se combina diseño y tradición. Con el mediterráneo como marco, el edificio se integra en un paisaje típico del sur de Italia, rodeado de olivares.
La promotora del proyecto,
Caroline Groszer, tenía claro desde un principio que deseaba respetar la arquitectura de este santuario, complementándola con un diseño contemporáneo. Así pues los once apartamentos que componen el complejo se ven salpicados de muebles de diseñadores como Eames, Stark, Munari, Saarinen, Jacobsen o Magistretti.
Sin embargo para que el dialogo arquitectónico fuese completo se tomaron obras de arte y muebles antiguos y se restauraron, creando un fuerte contraste entre lo moderno y lo tradicional. Sin duda la
Masseria Alchimia tiene mucho que ofrecer al viajero.
Mansilla + Tuñón han rehabilitado un antiguo caserío en la plaza de San Marcos,
Cáceres, el resultado es un exclusivo hotel y restaurante mezcla de tradición y modernidad. El proyecto data de
2006, inicialmente se desechó por la fuerte oposición de los vecinos, ya que se preveía la construcción de una fachada totalmente nueva en un centro histórico virgen, sin ninguna influencia de estilos arquitectónicos modernos. Finalmente se respetaron las alturas, volúmenes y fachadas existentes, centrándose el estudio más en una rehabilitación interior para adaptar el edificio a las necesidades actuales que en su exterior, donde tan sólo se ha intervenido la fachada para recuperar su estado original.
El
nuevo interior donde destacan los volúmenes rectos transmite serenidad y sofisticación. El minimalismo está presente en toda la obra, especialmente en el tratamiento de la luz a través de lucernarios y muros creados a partir de pilares blancos que difuminan la luz que penetra al interior.
El edificio consta de
tres plantas. La primera de ella alberga la recepción y el restaurante. La segunda acoge las
14 exclusivas habitaciones del hotel. La última planta, visiblemente moderna ha sido reservada para albergar una terraza con impresionantes vistas sobre el centro histórico y los campos cacereños circundantes.
En la rehabilitación se han utilizado materiales nobles como la
madera de roble, mármol o granito negro. Todos estos materiales de tonos oscuros crean un interesante contraste con los pilares blancos.
Datos del proyecto:Localización: Caceres, España
Arquitecto:
Mansilla + TuñonComienzo: 2006
Finalización: 2010
Fotografías: Luis Asín
Planta nivel bajo
Planta de segundo y primer nivel
Planta Sótano
El antiguo
Ayuntamiento de Bethnal Green, entidad que gobernaba gran parte del
East End londinense ha pasado por diversos avatares en los últimos veinte años en los que el edificio estuvo abandonado. Ha sido utilizado puntualmente para diversos actos e incluso el rodaje de alguna película pero era necesario darle un uso permanente y rehabilitar así un edificio histórico que data del año
1910. En
2007, un hotelero de Singapur adquirió el edificio con la intención de convertirlo en un hotel de diseño.
Sin embargo el edificio contaba con un problema de espacio. El edificio principal y su ampliación de 1937 apenas sumaban 3.000 metros cuadros por lo que era imprescindible crear un anexo para dotar al hotel de un mayor espacio. El trabajo de rehabilitación se encargó a la firma londinense
rare architecture, que crearon un anexo caracterizado por una cáscara de aluminio que difumina visualmente la nueva construcción no robándole así protagonismo al edificio histórico.
Esta
piel de aluminio se basa en unos patrones de estilo
Art-Deco que decoran el antiguo salón de plenos del Ayuntamiento. Además permite la entrada de luz en la habitaciones a la vez que preservan la privacidad de estas. El patrón se repite en determinados espacios del interior como el
Hall o el pasillo principal, conectando el diseño exterior con el exterior.
El edificio cuenta en total con
98 habitaciones, cada una tiene unas dimensiones y un diseño diferente condicionado por las características del edificio histórico, ya que las ordenanzas municipales no permitían reordenar el interior. Los interiores han sido diseñados pensando en el lujo por ello se han utilizado materiales como mármol verde, Corian o madera de roble. Las lámparas provienen de la colección de
Viabizzuno.
Sancal nos ha enviado un nuevo proyecto en el que ha sido elegido su mobiliario. Se trata del original
Hotel Santos Porta Fira, diseñado por
Toyo Ito. Estos emblemáticos edificios han sido proyectados por uno de los popes de la arquitectura contemporánea, el japonés Toyo Ito. Después de la mediateca de Sendai, el proyecto Fira es uno de los más ambiciosos y vanguardistas de su carrera. En esta ocasión,
Toyo Ito también ha contado con
Fermín Vázquez de B720 Arquitectos.
Junto al edificio de oficinas, propiedad de la inmobiliaria Realia, encontramos el hotel de lujo
H Santos Porta Fira: rojo intenso, de aspecto futurista, tubular, ondas imposibles que se van retorciendo a medida que ascendemos; 26 plantas y 338 habitaciones a lo largo de sus 117 metros de altura.
Este experimentado equipo de profesionales ha confiado en Sancal para amueblar las estancias más significativas del hotel. Las
butacas Lugano de Daniel Abate y las
mesitas 1+1 de Odosdesign han sido proyectadas para las habitaciones; mientras que los
sillones Nosso de La Cubitera y una composición especial del sofá Sax de Rafa García nos dan la bienvenida en el deslumbrante hall.
Sillones Nosso de La Cubitera tapicados en rojo nos reciben en el hall
En el restaurante,
Sancal ha adaptado la
bancada Menú de Rafa García para rodear una imponente columna decorada con los mismos motivos vegetales que también se reproducen en el suelo y que son la forma elegida para las piezas especiales que Sancal ha desarrollo en estrecha colaboración el estudio de
Toyo Ito. Se trata de 15 bancos con forma de hoja que, unidos de cinco en cinco, dan lugar a tres bellas flores orientales. Sin duda, se trata del diseño más imponente del vestíbulo en el que Sancal ha puesto todo su saber hacer, y desde el cual podemos disfrutar de los bocetos de las Torres Fira tallados por el propio Toyo Ito en uno de los muros de basalto.
La bancada Menú de Rafa García ha sido utilizada en restaurante