El punto de partida del proyecto fue incorporar en el diseño un profundo respeto por el medio ambiente. El reto al que se enfrentaba John Grable Architects era equilibrar el uso de tecnologías innovadoras con técnicas respetuosas y al mismo tiempo integrar la vivienda en el contexto histórico del barrio. El edificio compensa un 67% de la energía que consume gracias al uso de elementos activos y pasivos como una cubierta ajardinada con paneles solares fotovoltáicos, iluminación LED o un sistema de recogida de agua de lluvia. Todo ello se ha complementado con un minucioso estudio del lugar para mejorar la eficiencia de la construcción y mantener los elementos vegetales preexistentes como varios robles que se sitúan en la parcela. Para su construcción se ha reutilizados elementos del edificio anterior como la madera.
En la planta baja los continuos cambios de nivel hacen la función de espacios de transición. Esta distribución permite crear un interior diáfano con ventanas del suelo al techo que conecta con el exterior. Las puertas correderas permiten abrir el interior hacia la zona de piscina creando un espacio continuo. La escalera-puente que conforma el acceso aviva estos espacios al aire libre y comunica al visitante la clara vocación hacia el paisaje exterior que posee el diseño de la vivienda.
Las pérgolas y voladizos actúan como elementos pasivos que reducen la incidencia solar creando un ambiente más fresco en el interior. La segunda planta dispone también de puertas plegables que abre la sala de descanso a un terraza exterior que goza de una chimenea al aire libre para poder disfrutar de ella incluso cuando el clima es frió.
En su interior la madera es el material protagonista combinada con materiales más "duros" como el hormigón o el mármol, los arquitectos la han empleado epecialmente en paredes, techos y suelos dentro de las estancias privadas aportando un alto nivel de calidez. Esta vivienda situada en uno de los barrios más antiguos de San Antonio, Texas supera las exigencias de los principales estándares de construcción sostenible como Energy Star – Gold, NAHB Green Building – Emerald, y Build SA Green – Nivel 3.
Fue preciso dinamitar para de la roca para poder encajar entre ellas esta casa diseñada por
Olson Kundig Arquitectos. El edificio esta situado en
Isla San Juan, una isla virgen al norte de Seattle, Estados Unidos. La casa se intercala fraccionada entre dos secciones de piedra. Los muros de hormigón visto se mezclan con la piedra con la piedra natural. Del mismo modo, la cubierta de hierba permite que el edificio se integre en el paisaje. Desde ciertos ángulos, la casa casi desaparece en la naturaleza engullida por la naturaleza.
Con la excepción de la suite de invitados, las diferentes dependencias de la casa ocupan el mismo volumen. En ella hay una cocina abierta al comedor y sala de estar, además de los espacios privados. Una caja de madera da acceso a lavandería y cocina. El elemento que separa el interior del exterior es una puerta de acero pivotante.
El gran salón y comedor cruzan el edificio de lado a lado y cuentan con una chimenea tallada en la piedra como elemento característico. Como no podría ser de otra manera, este material vuelve a aparecer en diversas estancias. El inodoro, por ejemplo, se parece más a una cueva. La habitación tiene un amplio tragaluz perforado en la roca aportando luz natural al espacio. El dormitorio principal posee una cama personalizada con cabecero de cuero y estantes que van del suelo al techo. El baño adjunto posee un lavabo tallado en la roca. Se trata de cuatro pequeños canales pulidos que hacen que el agua procedente de la tubería caiga como en un conjunto de cascadas.
"Situar la Casa sobre la una roca es algo tradicional. Esto se traduce en construir sobre un pedazo de tierra yerma, dejando las áreas más fértiles libres para el cultivo" Tom Kundig
La piedra residual fue empleada para preparar el hormigón, mientras que las rocas de grandes dimensiones se han empleado para construir las paredes del garaje. La vivienda ha sido una de los 26 finalistas del Premio anual del American Institute of Architects.
Camper ha inaugurado recientemente su nueva tienda en Chicago creada por el prestigioso diseñador de interiores
Martí Guixé. La enseña en la "ciudad del viento" se sitúa en la Michigan Avenue en la milla de oro del
Downtown de la ciudad americana. En esta ocasión Guixé ha creado un interior que destaca por el uso de postales,
Camper Postcard Shop es un concepto de espacio de retail donde aparte de los elementos característicos de las tiendas Camper, como mostrador y expositores, hay unas estructuras metálicas en las paredes que permiten la exposición de postales. Las postales pueden cogerse y llevarse e incluso si se compra en la tienda el cliente dispone de un sello para que la envíe si lo desea, una curiosa iniciativa que traspasa las frontera del diseño adentrándose en las profundidades del
marketing retail.
"El gesto natural obsoleto de mandar una postal hace visible el glamour implícito del objeto físico a partir de su desplazamiento en el tiempo y el espacio reales" Martí Guixé.
Mediante el uso de las postales se logra además crear un interior dinámico que va más allá del trasiego de compradores. Este concepto ya se ha aplicado con gran éxito en las tiendas que la firma española posee en Bruselas, Estambul y Copenhague. El diseño del mobiliario es sencillo y aséptico con el fin de no robar protagonismo a las postales, fomentando de este modo la interacción con el visitante.