Studio UdA ha finalizado la rehabilitación de un apartamento en
París de sesenta metros cuadrados. Sus diseñadores se han inspirado en el cuento de
Caperucita Roja para crear este espacio de fantasía. Cada uno de los elementos que componen el apartamento contribuyen a crear un ambiente único y original, desde la gran alfombra en relieve hasta piezas como la
silla Acapulco de thecommonproject o el sofá Pumpkin de la firma Pierre Paulin hacen que parezca que nos encontramos en la casa de la abuela del cuento.



La madera estampada en tonos rojizos, proporciona calidez al espacio y ofrece un claro contraste con el suelo original de madera del apartamento. En definitiva, el apartamento es un espacio de vida con colores sorprendentes, contrastes de materiales, y una impresionante combinación de estilos que aportan pequeñas pinceladas que en conjunto se complementan formando un espacio inimaginable. Gran parte del mobiliario ha sido construido expresamente para el proyecto. 


Datos del proyecto:Localización: París, Francia
Diseñadores:
Studio UdASuperficie 60 m2
Fotografías:
Carola Ripamonti

Economía de materiales y el énfasis por minimizar las emisiones de dióxido de carbono son dos de las características que definen a esta vivienda prefabricada diseñada por
Djuric Tardio. La casa ocupa una pequeña parcela en el suburbio parisino donde comparte contexto urbano con bloques de pisos de cierta altura. En ella encontramos una gran cantidad de espacios al aire libre, más allá del jardín, la
cubierta transitable está dotada de una
estructura de madera que tamiza la luz solar, manteniendo fresca la madera y las habitaciones situadas bajo ésta. Esta estructura además recoge el agua de lluvia para posteriormente reutilizarla en la vivienda y su jardín. Además la estructura de madera, al estar inclinada, es un elemento de seguridad para los niños, pudiendo jugar con total tranquilidad en la terraza.


La
fachada oeste y el jardín trasero se sobredimensionaron para contribuir al control de la temperatura de la casa. La madera captura y aprovecha los rayos solares calentándola en verano y aislándola en invierno, ahorrando en calefacción y aire acondicionado.



El
interior es flexible y adaptable, pudiéndose reconfigurar en el caso de que la familia crezca.
Paredes correderas permiten alterar la distribución interior de la vivienda en apenas unos minutos. Así sus habitantes pueden disfrutar de espacios privados y comunes dependiendo de sus necesidades. Parte el mobiliario de la cocina también puede orientarse hacia la terraza exterior, que pude hacer la función de comedor al aire libre.



Una de las grandes ventajas es su construcción, al ser prefabricada, puede ser ensamblada en otro lugar. Esto reduce el ruido en el vecindario y la contaminación que supone el continuo transporte de materiales de construcción. La madera de
alerce finlandés proviene de bosques ecológicos. Esta madera posee un gran poder de aislamiento, además es resistente al agua, suave al tacto y no tiene nudos en su superficie, lo que lo hace perfecto para este tipo de construcciones.




Más casas de diseño actual
Casa de madera definitiva de Sou Fujimoto
Casa de madera sostenible de Djuric Tardio

La
casa Planeix fue diseñada por
Le Corbusier y Pierre Jeanneret en
1928. Este edificio es considerado como uno de los más bellos y armónicos de la primera etapa del arquitecto suizo. Las modestas dimensiones y la economía de materiales con la que fue realizada la encuadran dentro del movimiento racionalista. El pequeño balcón hace de eje de simetría.

La vivienda está pensada para funcionar como una "máquina para vivir y trabajar". La planta baja se reservó como estudio de escultura para su promotor Planeix Antonin. Este espacio es muy luminoso, la fachada que da al nivel de calle está completamente acristalada. La primera y segunda planta se reserva a la residencia privada del promotor. La residencia se abre hacia la fachada trasera. La delantera, cuenta con pequeños vanos muy verticales, que le proporcionan una composición abstracta.
Datos del proyecto: Localización: París, Francia
Arquitecto:
Le CorbusierProyecto: 1924
Finalización: 1928
Promotor: Antonin Planeix
Villa Saboya de Le Corbusier
Casa Shodan. Le Corbusier y la India
El Pabellón del Espíritu Nouveau
Edouard François ha propuesto para la ciudad francesa de
Nantes una torre caracterizada por ser un autentico eco-vecindario. El edificio posee dos problemas claramente diferenciados, uno residencial y otro comercial, pero con un nexo común una cubierta vegetal que envuelve al edificio. La torre pretende reinterpretar las experiencias y las interacciones entre los habitantes de un edificio en altura.

La exhuberante vegetación y su forma elíptica hace que esta torre de
17 plantas parezca estar en movimiento. La estructura está revestida de
finos tubos de metal donde se inserta la vegetación. Estos contenedores poseen 12 centímetros de diámetro y 4 de longitud, las plantas serán seleccionadas por el jardín botánico local.


Le Corbusier buscaba fabricante para sus casas en serie, finalmente el interesado en llevar sus casas a la realidad fue un productor de azúcar de Burdeos, Henry Frugès, quien en 1923 encargó a Le Corbusier un pequeño grupo de casas para sus trabajadores. La unidad básica, era una versión simplificada de la casa Citrohan, y a pesar de las numerosas dificultades que supuso la construcción con hormigón pulverizado y de la mofa que le valío el sobrenombre al conjunto de los "cubos de Frugès".
Casa Tipo Isla

La organización se basaba en los principios de la ciudad jardín, incluida una impresionante puerta de entrada marcada por un bloque de apartamentos de seis pisos, pero en otros aspectos era radical. En un sector el espacio abierto formaba un todo continuo en el que las distinciones tradicionales entre la fachada, la parte posterior y los lados, lo público y lo privado, se eliminaban a favor de una continuidad compartida. En otro la calle era deliberadamente asimétrica, con las estrechas unidades llamada rascacielos, que enmarcaban los espacios abiertos a intervalos a lo largo de la misma, al otro lado de la cual había una terraza más convencional de dos pisos. Se desarrollaron en total cuatro viviendas estándar, y todas ellas evolucionaban de un espacio central de 5 metros de ancho y distribuidas a lo largo de un escalera de un sólo tramo transversal. El "rascacielos era el buque insignia, una pareja de casas independientes, encaradas por su parte posterior, y en formato vertical en lugar de horizontal, que culminaba en un jardín en la terraza al que se tenía acceso a través de una escalera exterior con un pasamanos tipo barco.
La obra se terminó en 1926, siendo visitada por el ministro de obras públicas. Cuando se habitó rápidamente se demostró el poco calado de la arquitectura moderna, empezaron a aparece tejados a dos aguas, paredes de piedra, persianas en las ventanas, una colección de detalles para hacer de estas "maquinas de vivir" casas más tradicionales.
Pintar las casas con colores fue una iniciativa de su promotor, en la restauración realizada en los años 80 se han mantenido


Sin embargo parece ser que el desplante social que sufrieron las casas responde a otras cuestiones más complejas que su diseño moderno. Fueron restauradas en los años ochentas del siglo XX, algunas recuperaron la policromía que Frugès le aplico para evitar la monotonía que suponía el grisáceo hormigón.