Praia do Forte es una de las playas más famosas de la región de Bahía al noroeste de Brasil. Para este paisaje aún virgen los arquitectos locales Thiago Bernardes (Bernardes Arquitetura) y Paulo Jacobsen (Jacobsen Arquitetura) han creado 42 villas siguiendo los métodos constructivos tradicionales de la zona pero pensadas para ofrecer un alto nivel de comodidad y relajación a sus ocupantes Las paredes de piedra natural o madera y los techos de paja conviven con grandes superficies acristaladas y mobiliario de diseño, una combinación pensada para llevar a los huéspedes a un nivel superior de afiliación con la naturaleza que les rodea. La cubierta de vegetación seca ofrece un alto nivel de confort clímatico dentro de las Villas aislando el interior del intenso calor exterior especialmente en los meses estivales
Dentro de cada una de las villas, Bernardes y Jacobsen han creado un ambiente contemporáneo y propicio para el descanso gracias al uso de materiales naturales con un enfoque elegante. Cada villa posee dos plantas donde destaca una gran sala de estar y cuatro espaciosas suites con baños orientados a la vegetación. Además cada unidad incluye piscina privada y terraza en el primer piso. El proyecto ha sido desarrollado por la empresa
Tivoli Hotels & Resorts. Este Resort de Praia do Forteademás dispones de 3 restaurantes, 4 bares, 8 piscinas, un sin fin de deportes acuáticos, 4 pistas de tenis, un teatro, un spa, un salón de belleza y 3 saunas. Todo ha sido pensado para integrarse en un paisaje especialmente protegido.
El próximo 9 de Mayo se llevará a cabo el acto de inauguración del Renaissance Barcelona Fira Hotel, aunque lleva abierto al público desde Septiembre de 2012, en este acto se contará con sus dos artifices el francés Jean Nouvel y el catalán Josep Ribas. Tras más de una década de colaboraciones, el binomio arquitectónico Atecliers Jean Nouvel y Ribas & Ribas ha materializado su primer trabajo, este Hotel perteneciente a la cadena Renaissance. Este edificio sorprende por su decoración vegetal, pues un jardín vertical poblado por vegetación procedente de los cinco continentes ejerce las funciones de un elemento arquitectónico más.
El hotel está conformado por cuatro fachadas, tres completamente blancas y una principal negra. Esta última, la principal, presenta una visión de las dos torres verticales de 110 metros de altura que forman la estructura del edificio y custodian el frondoso jardín vertical formado por 293 palmeras. Un entramado de escaleras y pasarelas visibles desde el exterior permiten recorrer todo el edificio y disfrutar de una singular simbiosis entre espacios interiores y exteriores.
Las fachadas laterales orientadas al este y al oeste muestran las ventanas de las habitaciones, con aberturas que juegan con el motivo principal de decoración y leitmotiv de toda la construcción: la hoja de palmera. Coronando el edificio se encuentra la terraza-mirador El Cel, un espacio exterior presidido por una piscina negra y que ofrece vistas privilegiadas de la ciudad de Barcelona. Antes de llegar al cielo, es imprescindible pararse en la planta 14, en el espacio gastronómico Palmer Restaurant. Es el corazón del jardín vertical y donde la vegetación se desplaza del epicentro del edificio al perímetro del restaurante con una mayor presencia de plantas y palmeras.
Miguel Ángel Aragonés ha creado un hotel en
Acapulco con 44 suites con un único objetivo proporcionar a sus huéspedes un espacio para la descansar con tranquilidad. El hotel se se sitúa sobre un acantilado, ofreciendo unas vistas impresionantes de la
bahía de Puerto Marqués. Su diseño destaca por los detalles físicos y espirituales, que se acentúan durante la noche. El color
blanco le confiere un aire de misticismo y pureza que hacen del hotel y el océano un único ente.
Aragonés dice que la arquitectura del Encanto es como un laberinto, un diseño que favorece la meditación, donde todos los caminos conducen al mar. Según Aragonés, "Es un juego donde todo fue creado para generar una continua pulsión por el mar; para hacer que quienes lo habiten, busquen y encuentren la salida, lleguen siempre a él con la mirada, lo atrapen. Una obra arquitectónica siempre es mejor cuando predomina la economía y se transmite el mayor contenido con el menor número de materiales".
Durante la noche el juego de luces y sombras se sustituye por una iluminación llena de colores, proporcionando un ambiente cambiante e íntimo gracias al empleo de luz artificial indirecta. En 20 suites, Aragonés a integrado la
naturaleza en la arquitectura creando barreras invisibles entre el interior de la habitación y la terraza. Una puerta corredera de cristal es el único elemento que separa la habitación de la terraza, donde unos árboles de gran prote brotan desde el suelo de hormigón.