Tadao Ando ha completado esta vivienda en la isla de Sri Lanka. Creada para una pareja, incluye un impresionante estudio para la esposa, artista de profesión, desde donde se tienen unas magnificas vistas del océano Índico. El sello inconfundible de Ando queda patente en esta vivienda. El uso de volúmenes rectos y una estructura de hormigón que queda desnuda son las dos características que hacen de esta vivienda, una obra inconfundible del arquitecto japonés, para quien la espiritualidad debe ser uno de pilares en el diseño arquitectónico.

La luz inunda el estudio gracias a una gran ventanal de doble altura, que está dividido en cuatro partes por una cruz de acero de gran tamaño. Una escalera se situada en esta habitación, conduce al primer piso. El arquitecto también ha unido ambas plantas a través de dos terrazas al aire libre, desde ellas se tienen unas magníficas vistas que sirven de inspiración para sus propietarios. La piscina está situada sobre la sala de estar.

Los muebles de toda la casa son monocromos, en blanco y negro, incluyendo una mesa de teca y cartón diseñada por Shigeru Ban. El arquitecto ha dividido la casa en cuatro secciones diferentes. Una sección contiene el recibidor, la cocina, el dormitorio principal y una "sala de meditación", mientras que el volumen paralelo contiene cuatro dormitorios de invitados, uno de ellos completo con vistas al mar y baño. Otro de los espacios en los que se divide la casa, es una sala de casi 20 metros de largo. Esta sala esta en contacto permanente con el océano gracias a un gran ventanal.

En esta obra de Tadao Ando encontramos elementos que nos recuerdan a obras anteriores de este arquitecto. Por ejemplo el estudio de la propietaria, Saskia, posee elementos propios de la Iglesia de la Luz. En este caso en lugar de proporcionar luz la cruz, la gran cruz de acero tamiza la luz, dándole un cierto sentir espiritual a la estancia. Las obras de Saskia colgadas en la pared, comparten protagonismo en la vivienda con el tratamiento de la luz de Tadao Ando, que ha creado un interesante juego de luces y sombras en la vivienda a través de vanos de diferente formas y tamaños.

Tras el devastador tsunami de 2004 que asoló Sri Lanka, la vivienda de un comerciante de neumáticos local quedó devastada, para reconstruirla ha contado con el arquitecto japonés Shigeru Ban, quien ha dotado a la nueva vivienda de un carácter local aunque sin dejar a un lado las tendencias internacionales. Ubicado sobre una colina con vistas al océano Índico, la vivienda ofrece tres panorámicas diferentes del entorno.

La primera, es la vista al mar, enmarcada perpendicularmente por el pasillo exterior de la casa. La siguiente nos muestra un encuadre horizontal del mar desde la cima de la colina. Un gran porche sostenido por columnas de 22 metros de altura enmarca esta última vista, funcionando como una extensión del interior. La última panorámica que encontramos en la vivienda nos muestra un acantilado, especialmente bello al atardecer, momento en el que toma un impresionante color rojizo. Esta vista se tiene desde un marco de 4 metros de altura situado en el dormitorio principal.

En el edificio se han utilizado materiales locales como madera de teca, mimbre o coco. En la casa encontramos continuos paneles preparados para tamizar la luz, creando un ambiente más frescos en las estancias situadas al aire libre. Paneles móviles de mimbre permiten modificar la configuración interior según las necesidades del cliente. Los techos están realizados con paneles de madera de teca de 80 mm de ancho y largo con 3 mm de grosor. Una gran piscina con desborde finlandés ayuda a refrescar el ambiente a la vez que se convierte en un lugar idílico para disfrutar de las vistas.