Situada en un paisaje protegido del Algarve portugués, la única condición para que los promotores obtuvieran la licencia de obras era que la nueva vivienda se construyerá en un espacio ocupado por un edificio prexistente. La opción finalmente fue construir sobre una antigua villa situada sobre una colina con vistas al pueblo de Praia da Luz y al océano Atlántico. Por tanto, la planta de la vivienda estaba predeterminada, situada sobre una pendiente muy empinada y expuesta a los vientos dominantes. Paradójicamente, son estas limitaciones y dificultades las que sustentan la base conceptual del proyecto.
El lenguaje arquitectónico empleado por Mario Martins en esta vivienda es puro y contemporáneo, Los diferentes volúmenes se crean a partir de terrazas, cubiertas y patios pensados para la vida al aire libre. Estos se eliminan a partir del volumen horizontal que es de color blanco y altamente transparente. Este volumen se asienta suavemente sobre un soporte de hormigón visto dando la apariencia de la casa flotante sobre el paisaje. El contacto con el medio ambiente, algo que el proyecto desea preservar, se reduce al mínimo y se resuelve con el difícil equilibrio del edificio sobre su soporte físico, esto asegura una ligereza visual deseable.
La vivienda se fusiona con una piscina que la atraviesa longitudinalmente dividiendo la cocina y el amplio salón. Estos espacios se complementan con terrazas protegidas del viento, pero abiertas al sol y con vistas impresionantes. Esta es la zona social de la casa, un espacio abierto y fluido.
Los cuatro dormitorios de los que dispone la vivienda se encuentran en una zona privada con acceso desde un pasillo que bordea un patio central. En este patio privado la luz natural filtrada, crea espacio íntimo y agradable. Las terrazas acentúa la ligereza visual de un edificio que parece flotar sobre su entorno.