Este apartamento de estilo escandinavo se sitúa en el centro histórico de
Oslo, en un edificio del siglo XIX rehabilitado recientemente. Su propietario adquirió el ático situado sobre el apartamento aumentando la escala del mismo creando un espacio unificado con grandes posibilidades. La reforma ha sido llevada acabo por el estudio
Haptic Architects quienes han potenciado la verticalidad que ofrece la fusión de ambos niveles. Ello se plasma en la eliminación parcial de la planta del ático para crear un espacio a doble altura.
El dormitorio principal y el baño se organizan en tres niveles a través de una sucesión de diferentes espacios que se se solapan. Una pequeña terraza situada en el nivel superior aporta una gran cantidad de luz natural al interior que cae indirectamente sobre la planta inferior tamizada por las vigas de madera que conforman la estructura. El baño incorpora varios cambios de nivel, y mediante el uso de azulejos de 100x300cm, de gran escala, se transmite la impresión de que está tallado en un solo bloque de piedra.
La pieza central de la vivienda es su característica escalera flotante que conecta los dos niveles. Modular y con recubrimiento en polvo esta escalera de acero lacado en blanco se encuentra suspendida entre las vigas y conecta con un espacio de almacenamiento que se extiende a lo largo de la fachada frontal superior. La situación de la cocina se ha modificado en el nuevo programa para convertirla en el centro social de la vivienda. Una pequeña chimenea se ha integrado en la encimera de la cocina.
Casa Morran de Johannes Norlander
La casa está situada cerca del pueblo de Geiloe, Noruega, un destino popular de esquí en el valle de Hallingdal. Las Estaciones de esquí son abundantes alrededor de esta casa de campo. Fuera de la temporada de invierno, las montañas proporcionan excelentes oportunidades de senderismo, así como otras actividades deportivas. La vivienda diseñada para cinco miembros por Reiulf Ramstad Arkitekter posee un programa sencillo distribuido en cuatro dormitorios, un salón comedor y una pequeña sala de juego para los niños. Además se ha incluido un pequeño anexo para las visitas.
La respuesta por parte de los arquitectos fue el diseño de una cabaña con una expresión clara y limpia con una piel continua compuesta de un revestimiento de madera para las paredes y el techo exterior, que adquirirá una pátina gris con el tiempo. El volumen se compone de un cuerpo principal, que alberga la mayoría de habitaciones, éste sigue la topografia del paisaje y se divide en dos zonas de vida. Este cambio en el programa y el uso de múltiples niveles permite el edificio adaptarse a la pendiente del sitio. El volumen separado que conforma el anexo se sitúa como prolongación del cuerpo principal.
El acceso se sitúa bajo un voladizo. Tras la puerta de entrada encontramos un pequeño hall con suelo de hormigón pulido perfecto para descalzarse las botas de esquí. Una escalera de madera asciende desde este punto del programa y se abre hacia el generoso espacio donde encontramos los espacios comunes, coronados por un complejo techo de planos inclinados. El núcleo principal dela casa a partir de cual los diferentes espacios se ramifican es la cocina. Su encimera de hormigón armado de fibra de vidrio está en voladizo en el centro del espacio y anclado por una chimenea de dos caras en el otro extremo. A unos pasos encontramos otro espacio para cenar y relajarse junto a una segunda chimenea suspendida.
Las grandes cristaleras ofrecen impresionantes vistas sobre el entorno natural que rodea la cabaña. Los niveles elevados de las zonas de estar y comedor proporcionan a sus ocupantes un alto grado de privacidad. A través de puertas correderas a lo largo del pasillo se accede a las diferentes habitaciones, el baño y la sauna. La madera libre de nudos contribuye a dar un aspecto más homogéneo al interior.
"Este refugio de montaña es una continuación de las tradiciones constructivas de Noruega en forma y materialidad, integrado maravillosamente dentro de su paisaje y respondiendo a su contexto." Reiulf Ramstad
Link Arkitektur ha completado un conjunto de edificios residenciales que sobrevuelan literalmente el pasado industrial del lugar. El proyecto se compone de 4100 m2 de los cuales 3000 m2 corresponden a edificios de nueva construcción y 1100 m2 a antiguos almacenes y edificios industriales que posteriormente serán recuperados. Situado en la ciudad Noruega de Bergen la belleza de la obra radica en la capacidad de adaptar la nueva arquitectura a los edificios existentes antes de la intervención. Parte de la nueva construcción sobrevuela un antiguo almacén de hierros cuya estructura data del Siglo XIX.
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© Hundven-Clements |
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Estas 45 nuevas viviendas forman parte de un plan urbanístico más grande. La idea es dar una nueva vida y un nuevo uso para la vieja zona industrial de Damsgård. Situada entre fiordos y montañas y a poca distancia del centro de la ciudad, el sitio es ideal para la construcción de viviendas. Para estimular la ocupación de las mismas se han creado otros proyectos complementarios que dotarán al barrio de cafeterías, restaurantes o instalaciones de ocio.
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En el proceso de diseño se tomó en cuenta el pasado de la región. Principalmente en el uso de estructura de acero, rindiendo un homenaje a la antigua fundición que se encontraba en el lugar. Gracias al armazón metálico de gran tamaño que compone la estructura se ha podido emplear un voladizo de grandes dimensiones que rompe con la linealidad del conjunto. Los antiguos edificios permanecen a la espera de ser reconvertidos en pequeños comercios.
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Datos del Proyecto:Localización: Bergen, Noruega
Arquitectos:
Link ArkitekturConstrucción: 2013
Proyecto: 4100 m2
Fotografías:
Hundven-Clements
TYIN Tegnestue Architects han llevado a cabo la rehabilitación de una cabaña de pescadores del
Siglo XVIII en
Noruega. Este tipo de construcciones son muy típicas de las regiones costeras noruegas. La construcción original estaba muy dañada a causa de una deficiente estructura con casi tres siglos de antiguedad. El equipo de arquitectos ha llevado a cabo una reforma integral que mezcla tradición y modernidad, una apuesta arriesgada cuyo resultado es más que interesante.
La sencillez de su arquitectura y materiales originales, así como su buena situación a orillas de un pequeño fiordo, fueron los puntos de partida del nuevo proyecto. Una de las características más distintivas de la nueva construcción de 77 m², es una larga fachada adaptable, con sus aberturas formadas por seis paneles de madera levadizos, que permiten eliminar los límites espaciales entre el interior y el exterior. La madera procede de una plantación que se encuentra cerca del lugar. Dentro, se conservan las vigas de la construcción original, mientras que para suelos, paredes y techos se ha empleado madera reacondicionada y tratada.
En el exterior, la madera utilizada es pino noruego. Su tratamiento se aplicó teniendo en cuenta criterios medioambientalmente sostenibles, creándose un barniz a partir de productos de desecho de azúcar, lo que la hace más resistente al clima feroz de la costa. Con esta acción se pretende reducir los gastos de mantenimiento del edificio y preservar un entorno virgen, evitando la introducción de sustancias químicas nocivas en la reconstrucción del edificio. Las tejas son de metal. La casa es completamente hermética, resguardando a sus habitantes del duro clima. Los ventanales situados en las puertas levadizas poseen estores de algodón creando en el interior un ambiente cálido gracias a la luz natural difusa que proyectan.
Otro de los detalles que unen estrechamente al edificio con la naturaleza son las grandes piedras que penetran en su interior a través del lado contrapuesto al de las puertas abatibles. Con extrema sencillez e ingenuidad, los arquitectos han sido capaces de cumplir el deseo de su cliente: crear un pequeño refugio que no niega ni la historia ni el entorno natural sobre el que se asienta.
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MVRDV ha completado el edificio principal de la sede del banco DNB en Oslo, Noruega, un edificio de 17 pisos de altura con una superficie de 36.500 metros cuadrados. El volumen pixelado se basa en unidades de trabajo independientes de pequeña escala de 6x6 metros, adaptándose a las diversas influencias del contexto urbano. El edificio de cristal y ladrillo trata de combinar una organización interna eficiente y flexible -con 2.000 plazas de trabajo flexibles, un comedor panorámico 140 asientos, y una sala de operaciones con 250 puestos de trabajo- con una variedad de espacios comunes -como un gran vestíbulo de entrada, una sala de negociación transparente o un pasaje público protegido.
Los espacios colectivos están conectados por un circuito continuo interno escalonado en terrazas, éstos se muestran en forma de píxeles de vidrio, fomentando las reuniones informales y la comunicación entre los empleados. Esta ruta serpentea ascendiendo desde la recepción a través del edificio, conectando todos los niveles de oficinas con las zonas comunes. Una serie de escaleras de madera y puentes permiten a los empleados cambiar los niveles. Todos estos espacios colectivos ofrecen vistas a los alrededores. El circuito se ventila naturalmente. Los vidrios empleados son de alto rendimiento para proteger el interior del frio noruego.
El proyecto fue desarrollado en colaboración con el estudio noruego
DARK Arkitekter y varias empresas de ingeniería de Noruega, la gestión del proyecto corrió a cargo de
Vedal Project. La construcción de la nueva sede es una operación estratégica de DNB para concentrar todas las oficinas de Oslo en un sólo lugar, con el objetivo de crear sinergias y una identidad clara. Según
MVRDV: "El objetivo era traducir el carácter social y democrático de la organización en un edificio con excelentes condiciones de trabajo y cualidades espaciales que estimulen la eficiencia, la identidad y la colaboración.".