La
Iglesia de la semilla se encuentra en la montaña
Luofu, una de las siete famosas montañas sagradas taoístas de China. Aunque hay varios templos budístas y taoístas en la montaña aun no se había construido un elemento religioso occidental, siendo este el primero. El promotor deseaba aumentar el espectro de la cultura religiosa en el distrito para ello contrato a
O Studio Architects. Se quería crear no sólo un espacio para adorar y meditar para los cristianos, sino también un lugar de recreo y de reunión para la gente del pueblo que lo rodea. El mensaje de la cultura religiosa que se comunica a través de un sutil juego de luces y sombras. La
Iglesia de la semilla tiene una superficie de 280m2 y capacidad para 60 personas.
El diseño está inspirado en la forma de una semilla - un elemento metafórico, famoso en los relatos evangélicos. Una línea curva crea el contorno de la semilla y marca la pared que encierra el templo. La curva ha sido dividida en tres partes y tres entradas que ocupan cada sección de la curva: en el sureste se ha colocado una abertura en forma de cruz que introduce los primeros rayos del sol en el interior; en el oeste se ha situado una pared sólida que bloque el sol de la tarde; en el norte se ha instalado un pequeño inodoro. Por último un
techo escalonado transparente que va desde los 3 metros en la entrada del templo hasta los 12 del altar permite la entrada de luz difusa durante todo el día. La cubierta es totalmente transitable, los visitantes pueden acceder a ella para disfrutar de las montañas y ríos que rodean a la iglesia.
El edificio hace uso de un lenguaje libre de ornamento, al que podemos tachar de excesivamente limpio y minimalista. La estructura principal se construyó in situ y está compuesta de
hormigón con encofrado de bambú. Esta práctica es llevada a cabo por los constructores locales y supone un gran ahorro de costes. La superficie de
bambú queda al descubierto armonizando con los arboles de los alrededores y el paisaje verde. Además ventanas, mobiliario y puertas han sido fabricadas por los artesanos locales empleando bambú. Con ello se trata de acercar el edificio al pueblo.
Kengo Kuma ha finalizado el
Museo Xinjin Zhi en la ciudad china de
Xinjin. La fachada principal se ha construido con
azulejos tradicionales locales, engarzados en cables de acero atirantados. El edificio cuenta con una segunda fachada, una piel de cristal, que permite la entrada de luz natural al interior. Situado a la entrada de un lugar santo taoísta -la montaña Laojunshan- , el edificio acogerá exposiciones religiosas dentro de una galería continua dispuesta en una una espiral con una altura de tres plantas, un concepto similar al del Museo Guggeheim de Nueva York.
La
fachada sur se divide en dos volúmenes, uno superior y otro inferior situados de forma escalonada en diferentes ángulos. Esta idea responde a la necesidad de crear dos niveles diferentes para poder incluir una
lámina de agua. No es la única lámina de agua que encontramos en el edificio, otras se encuentran situadas tras los azulejos, la mezcla de la luz tamizada y el agua sugieren un cierto misticismo.
Por el lado
este, una gran pantalla de azulejos se recuesta sobre el edificio aportando dinamismo a la plaza adyacente, concebida como un gran espacio público. La fachada del lado
norte es estática y plana. Así, la pantallas pantallas de azulejos se transforman de una a otra fachada, aunque envuelven al edificio como una sola piel.
Para rendir homenaje al
taoísmo que hace hincapié en la naturaleza y el equilibrio. Los azulejos se mantienen en suspensión. Los azulejos son
partículas de arquitectura que se entremezclan con el paisaje natural que rodea al museo.
El estudio de arquitectura norteamericano
SOM ha ganado el concurso para la construcción de una
Torre de oficinas para el Grupo Suzhou. El edificio estará ubicado a orillas del lago Taihu en la provincia china de Jiangsu. El edificio constará de
75 plantas y un
podio de 30 superando los 400 metros de altura, albergando oficinas, apartamentos, un hotel y centro comercial.
Para el director de diseño de
SOM,
Ross Wimer, el edificio es como un coche deportivo, por ello se ha cuidado la aerodinámica en su diseño, empleando técnicas digitales y formando equipos de trabajo interdisciplinares. El diseño permite ahorrar un 60% en el consumo de energía.
La luz natural inunda el espacio - especialmente el espacio del atrio central - y la orientación del edificio, junto con el efecto chimenea favorece la ventilación cruzada en el interior del edificio. Las 30 plantas que conforman el podio han sido diseñadas con ventanas abatibles que permiten la entrada de aire desde el exterior. Un sistema de recuperación de energía o iluminación Led son medidas activas para reducir el consumo energético.
La
Terminal de Bao´an en
Shenzhen,
China, es probablemente el desarrollo aeroportuario de mayores dimensiones que se está llevando a cabo en el mundo. El actual aeropuerto es el cuarto de China. En
2008 el arquitecto italiano
Massimiliano Fuksas ganó el concurso internacional para el diseño de la terminal 3, con la que el aeropuerto doblará prácticamente su capacidad.
El inmenso edificio parece una escultura orgánica. La estructura del edificio es de
acero con una subestructura de
hormigón reforzado. La piel que envuelve la estructura, tanto en el interior y en el exterior, muestra el patrón de nido de abeja.
La fachada de 300.000 metros cuadrados está hecha de
paneles de metal y paneles de vidrio de diferentes tamaños que pueden ser parcialmente abiertos. El edificio tiene una altura de ochenta metros, lo que puede darnos una idea de la sensación de amplitud de su interior. A través de su doble capa, la piel permite que la luz natural se filtre creando juegos de luz.
La
zona de entrada es una de las áreas clave en el aeropuerto. Éste se compone de
tres niveles. Cada nivel está dedicado a funciones independientes: origen, destino y servicios. En la planta baja, se sitúa la plaza da acceso a las salidas y llegadas. El concepto espacial del interior se basa en dos ideas diferentes: la idea del movimiento y la idea de hacer una pausa.
El
Centro de visitantes del río Niyang se sitúa en un entorno privilegiado dentro del
Tibet. El edificio, esta realizado en
piedra tallada, por lo que complementa al entorno perfectamente integrándose en el mismo. El edificio está enclavado dentro de un cañón que por si sólo constituye una zona de interés turístico. Los arquitectos crearon un edificio con forma monolítica que se adaptase al escaso terreno edificable, cercano a una playa fluvial.
Para
Standararchitects la principal preocupación era cómo establecer relaciones entre un edificio aislado y su entorno. Influenciado por la tradición tibetana, la estructura se compone de un
muro de carga de 600 mm de espesor que descansa sobre una base de hormigón. Flanqueando cada apertura, encontramos
paredes de 400 mm que actúan como contrafuertes, incrementando la estabilidad de la estructura. Una
capa de arcilla de 150 mm aisla térmicamente e impermeabiliza el edificio. Además esta material permite crear canalones de desagüe de una manera sencilla y económica.
El
patio central conecta las cuatro aperturas, organizando el espacio interior alrededor de él. El programa está formado por las siguientes estancias: la taquilla, el vestuario para la práctica del rafting y los baños, para ir de una a otra es necesario atravesar el patio central, estando en todo momento en contacto con la naturaleza. El carácter geométrico del volumen y el espacio forman un diálogo con el paisaje circundante.
MAD ha completado el
museo Ordos en la Mongolia interior
China. La ciudad de
Ordos vive un autentico boom de la construcción, las entidades locales decidieron crear un nuevo centro financiero y administrativo para la ciudad. Este nuevo espacio, del que forma parte este museo, se sitúa a una decena de kilómetros de la ciudad y pretende convertirse en el referente arquitectónico del norte de China.
Sobre el
desierto del Gobi,
MAD ha creado este museo, siguiendo las directrices marcadas por el gobierno local, creando algo innovador, pero con un diseño claro y sencillo al mismo tiempo. Su diseño orgánico contrasta con la nueva ciudad.El interior se convertirá en un nuevo espacio público, dividido en varias salas de exposiciones, conectadas por muros continuos curvilíneos.
La
gran sala central con un diseño irregular es el espacio principal del museo. Un gran ventanal circular, a modo de claraboya, transporta la luz natural al interior, logrando que no sea necesaria la utilización de luz artificial durante las horas centrales del día. La estructura está recubierta de
lamas de aluminio reflectante, por lo que en él se proyecta la imagen del entorno. Estas lamas ayudan a refrigerar el interior, ya que el aire circula entre ellas pasando al interior del edificio.