Situada en un paisaje protegido del Algarve portugués, la única condición para que los promotores obtuvieran la licencia de obras era que la nueva vivienda se construyerá en un espacio ocupado por un edificio prexistente. La opción finalmente fue construir sobre una antigua villa situada sobre una colina con vistas al pueblo de Praia da Luz y al océano Atlántico. Por tanto, la planta de la vivienda estaba predeterminada, situada sobre una pendiente muy empinada y expuesta a los vientos dominantes. Paradójicamente, son estas limitaciones y dificultades las que sustentan la base conceptual del proyecto.
El lenguaje arquitectónico empleado por
Mario Martins en esta vivienda es puro y contemporáneo, Los diferentes volúmenes se crean a partir de terrazas, cubiertas y patios pensados para la vida al aire libre. Estos se eliminan a partir del volumen horizontal que es de color blanco y altamente transparente. Este volumen se asienta suavemente sobre un soporte de hormigón visto dando la apariencia de la casa flotante sobre el paisaje. El contacto con el medio ambiente, algo que el proyecto desea preservar, se reduce al mínimo y se resuelve con el difícil equilibrio del edificio sobre su soporte físico, esto asegura una ligereza visual deseable.
La vivienda se fusiona con una piscina que la atraviesa longitudinalmente dividiendo la cocina y el amplio salón. Estos espacios se complementan con terrazas protegidas del viento, pero abiertas al sol y con vistas impresionantes. Esta es la zona social de la casa, un espacio abierto y fluido.
Los cuatro dormitorios de los que dispone la vivienda se encuentran en una zona privada con acceso desde un pasillo que bordea un patio central. En este patio privado la luz natural filtrada, crea espacio íntimo y agradable. Las terrazas acentúa la ligereza visual de un edificio que parece flotar sobre su entorno.
El concepto aplicado al proyecto por el equipo del estudio portugués Arquitectos Matos surge de la interpretación del programa funcional de una casa unifamiliar con las instalaciones específicas que requerían los clientes y el estudio de las características de la parcela y las condiciones morfológicas de su entorno. La casa se organiza en una sola planta alrededor de un patio central, orientándose al sur y el oeste, protegida de la calle en el lado norte. Su planta en forma de "L", se divide en dos partes: un volumen longitudinal organiza las áreas de servicio y la zona de ocio, mientras que los dormitorios se encuentran en el volumen más corto, transversal al terreno. Un volumen adicional situado en el límite del terreno funciona como espacio de almacenamiento, definiendo con precisión el patio central.
El acceso a la casa se lleva a cabo desde el lado oriental, por una rampa que sirve de transición entre el nivel de la calle y la vivienda. En la intersección de los dos volúmenes, un vacío anuncia la entrada principal, que hacia el interior, a través de su transparencia, revela el patio central y conduce a las diferentes áreas de la casa.
Los espacios interiores están asociados directamente al patio, aunque protegido por el porche, que unifica el exterior y las diferentes áreas de la casa intensificando las experiencias diarias de la familia. El salón es un espacio amplio y pensado para la vida, este espacio se extiende espacialmente conectándose con el aire libre a través de la luz natural.
El volumen, simple y compacto, está recubierto por una fachada ventilada opaca hecha de paneles prefabricados de hormigón negro lo que le confiere una textura rugosa, mientras que sus paredes interiores, se abren completamente al exterior a través de la transparencia. que les proporcionan los grandes ventanales. En el jardín destaca el particular "muro de la memoria" construido con restos de la construcción prexistente.
A orillas del Miño el premio Pritzker 2011, Eduardo Souto de Moura, ha completado un nuevo centro cultural inspirado en la navegación. El municipio luso de Viana do Castelo representa la nueva identidad cultural del Miño en su tramo portugués. Una pequeña ciudad de poco menos de 47000 habitantes que ha sabido mantener intacto su centro histórico sin dejar de lado el progreso. El complejo se encuadra en la recién creada plaza de Marques Junior, uno de los líderes de la revolución de los claveles. Este edificio completa la "meca de la arquitectura" de Viana de Catelo compuesta por otros dos edificios, la Biblioteca Municipal construida en 2007 por Álvaro Siza y el Centro de Ocio diseñado por Fernando Távora.
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© Joao Morgado |
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El edificio alberga un único espacio central semienterrado -a 3,44 metros por debajo del nivel de calle-. De este modo el edificio se integra con los volúmenes adyacentes especialmente con la obra de Távora, no renunciando al espacio interior. Para garantizar que no se produjeran infiltraciones desde el río se han instalado un sistema de bombas extractoras de agua que mantiene a salvo al edificio.
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Características del proyecto:
Localización: Viana do Castelo, Portugal
Arquitecto Eduardo Souto de Moura
Equipo del proyecto: Diogo Guimarães, Ricardo Rosa Santos, João Queiróz e Lima, Jana Scheibner, Luis Peixoto, Manuel Vasconcelos, Tiago Coelho
Superficie: 3792 m2
Presupuesto: 13,1 Millones de Euros
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