En las colinas de
Killesberg. Stuttgart, encontramos esta residencia diseñada por
Werner Sobek y que representa a la primera vivienda activa del mundo. En la colonia Weissenhof, donde se asienta, grandes arquitectos revolucionaron el mundo de la arquitectura y los materiales en los años veinte del siglo XX. Parte de estas viviendas fueron destruidas en la Segunda Guerra Mundial y posteriormente reconstruidas. Ahora, un nuevo y progresivo edificio, orientado hacia el futuro ocupa una parcela este barrio. Consturida a lo largo de tres años en ella se han implantado una gran cantidad de innovaciones que van desde los materiales hasta el sistema de gestión de energía.
El proyecto de investigación se ha denominado "B10", abreviación de la dirección Bruckmannweg 10, en la que se sitúa la primera casa activa del mundo. Gracias a un concepto de energía sofisticada y un sistema de control de autoaprendizaje la casa es capaz de generar el doble de energía que consume, y todo a partir de fuentes sostenibles.
Más Casas de diseño actualEcocasa de diseño de John Grable ArchitectsCasa con fachada vegetal de Vo Trong Nghia
Una de la principales preocupaciones del estudio de arquitectura
Stanton Williams fue insertar un nuevo edificio en un paisaje natural a las afueras de
Londres con edificios construidos en la década de 1950. Por lo tanto se enfrentaban a un doble reto, respetar el entrono natural y el arquitectónico al mismo tiempo. Para maximizar la orientación a las vistas, los arquitectos diseñaron una casa con líneas contemporáneas, con caras transparentes que diluyen los límites entre el interior y el exterior. Los espacios internos son muy grandes, favorecidos por la estructura ligera, con pilares circulares.
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© Edmun Sumner |
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En la planta baja, encontramos el principal espacio para la vida, un gran salón a doble altura. En esta planta baja se integra además, tras una puerta corredera, la cocina. La altura del techo de seis metros y paneles de vidrio que se extienden del techo al suelo mejoran la sensación de amplitud. Unas grandes lámparas esféricas contrarrestan el exceso de sensación espacial provocada por la gran altura de los techos.
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La superficie superior está definida por una gran caja rectangular que descansa sobre la unidad parcialmente vidriada. Es en este nivel donde se sitúan cuatro habitaciones con vistas directas sobre el paisaje natural circundante, todas cuentan con balcones a los que se accede a través de puertas compuestas por lamas de madera africana.
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La casa diseñada por
Gonzalo Mardones Arquitecto se construye a través de un gran eje. Dos volúmenes compuestos de estructuras monolíticas se sitúan uno sobre el otro. Sendas terrazas se distribuyen a lo largo de los niveles de la casa, protegidas del sol y el viento al oeste por grandes aleros y vigas. Enterrada en la ladera, el acceso a la
Casa MO sólo se puede realizarse a través de escaleras y rampas que conducen al nivel intermedio de la casa, donde se encuentra la sala de estar, el comedor y la cocina que permanecen abiertos a la vista al mar.
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© Nico Saieh |
Las habitaciones privadas están ubicadas en la planta baja de la casa con acceso directo al jardín. La sala principal se encuentra en la planta superior, en un volumen suspendido que domina la vista y destaca la clara intención de la casa por capturar el horizonte.
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El arquitecto eligió hormigón armado con dióxido de titanio como el único material utilizado en la casa. El hormigón armado permite crear la estructura en pendiente, dejándola parcialmente enterrada y haciéndola resistente ante eminentes riesgos sísmicos, un aspecto muy importante en un país como Chile. El dióxido de titanio añadido al hormigón permite blanquearlo, además de ayudad a la eliminación de gases nocivos, convirtiendo al edificio en una especie de árbol fabricado por el hombre.
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© Nico Saieh |
Para el interior los arquitectos han empleado el blanco con el objetivo de aumentar la luz natural que se filtra por las ventanas, patios y tragaluces. Los interiores son minimalistas, destacando pequeños detalles en madera de cedro.
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La azotea se ha diseñado como una quinta fachada terminada en piedra blanca. La piedra blanca teñida de la azotea es una reminiscencia de la ola que rompe justo en la costa del Pacífico situada a los pies de la casa.
Una nueva colaboración entre
B.lux y
Werner Aisslinger, elegido Diseñador del Año 2014 por la revista A&W, permite rememorar el interiorismo americano de los años 60. Esta nueva colección de luminarias decorativas, llamada
Aspen, debe su nombre a la estación de esquí de Colorado (Estados Unidos), que vivió su máximo esplendor en aquella década.
Son precisamente los tonos pastel de sus acabados y sus características formales los que evocan el diseño interior norteamericano de los años 60. Prueba de ello son también la funcionalidad y practicidad de las luminarias Aspen, que lucen líneas sencillas, pero con unas proporciones refinadas.
Aspen se caracteriza también por su doble pantalla, cuyo acabado lacado mate exterior, disponible en tonos clear turquoise, lemon, mango, grey, snow y aqua se puede combinar de manera personalizada. Todas ellas poseen el interior acabado en blanco y los cables textiles de color negro. Aspen emite luz directa y difusa, en el caso de las aplicaciones de plafón y suspensión, y luz directa e indirecta, en las versiones de pie. Todas estas funciones están disponibles con pantallas de 17 y 40 centímetros de diámetro, lo que convierte a Aspen en una amplia familia de luminarias decorativas, con aplicaciones para hogar y contract. Como fuente de luz, Aspen emplea lámparas LED, halógenas ECO y fluorescentes (E27).
Este proyecto se encuentra en
Alentejo portugués a unos 10 kilómetros hacia el interior del océano Atlántico y ha sido diseñado por
Valerio Olgiati. La vivienda se sitúa en un paisaje rural cubierto por bellos alcornoques centenarios. Uno de los objetivos de los arquitectos era crear un jardín privado valiéndose de este paisaje. La valla perimetral que rodean la parcela disponen de hasta cinco y medio metros de altura para proporcionar la sombra necesaria.
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© Valerio Olgiati |
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© Valerio Olgiati |
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© Valerio Olgiati |
El hormigón con el que ha sido construido el edificio dispone de un tono rojizo que le permite integrarse mejor en el paisaje seco y pedregoso. El carácter del complejo está principalmente definida por las paredes circundantes, que crean la impresión de pétalos que se cierran y se abren hacia el cielo. La vivienda en cuestión es invisible y se desarrolla a través de un solo piso detrás de los muros circundantes.
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© Valerio Olgiati |
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© Valerio Olgiati |
El salón está situado en el extremo de un eje que recorre el interior de norte a sur. Este espacio permanece abierto a la piscina, como una prolongación natural del interior, y ofrece una vista directa a través de la puerta sur de la pared del jardín a través de un paisaje llano y vacío. Un pasillo curvo permite a los habitantes refugiarse en las zonas de sombra. Las habitaciones privadas permanecen semiocultas tras los muros de hormigón.
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© Valerio Olgiati |
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Casa JA en Guarda de Filipo Pina e Inés CostaCasa Pó / Ricardo Silva Carvalho Arquitectos