Esta vivienda en la
Haya, Holanda, es un gran ejemplo de conexión entre el pasado de un edificio de carácter histórico y el presente, marcado por una interesante colección de obras de arte contemporáneas. Propiedad de
Theo-Bert de
Nice Stuff Collector, el apartamento de 90m2 se encuentra en un edificio de principios del Siglo XX donde conviven coloridad obras de arte con elementos clásicos franceses, como los
boiseries. Colores neutros como grises o verdes se convinan entre sí para crear un juego cromático único con un resultado muy armonioso.
El equipo de interioristas de
CHI-TORCH se encontró con un apartamento de cuarenta años de antigüedad en un barrio residencial de Taipei, con una atmósfera perfecta para crear un interior de estética
vintage. Deliberadamente hizo un esfuerzo en el ejercicio de diseño para poder dar cabida a aquellos detalles que podían manifestar el paso del tiempo, mostrando con orgullo los materiales de construcción originales en lugar de ocultarlos.
El concepto mezcla el minimalismo oriental y la estética industrial. Por ejemplo, se ha empleado parquet en forma de espigas para el suelo en el que se emplean lamas de distintas tonalidades combinándose con un mural que deja a la vista parte de los ladrillos que componen las paredes del edificio. El mobiliario también refleja esta mezcla con muebles realizados con finas maderas locales y otros fabricados con materiales reciclados. gadgets, iluminación y accesorios son principalmente de acero.
En resumen,
CHI-TORCH ha diseñado un interior funcional que combina el espíritu histórico del edificio con pinceladas de modernidad.
Esta vivienda situada en el municipio de
Castrovillari, al sur de Italia, ha sido bautizada por sus arquitecto como la vivienda monolítica.
Brain Factory han creado un interior minimalista con algunos toques de clasicismo a través de un concepto creativo que juega con las sustracciones volumétricas de un bloque monolítico. Las majestuosas vistas de las montañas del macizo Pollino, claramente visible desde las luminosas ventanas del apartamento, conducen a la elección de la piedra como materia prima conceptual.
Además de piedra, material natural predominante es la madera que aporta calidez al ambiente de la entrada, un lugar en el que el visitante se encuentra envuelto inmediatamente en un ambiente surrealista: una lluvia de cristales de Swarovski adornan las paredes, salpicándola de destellos. Adheridos a la pared dos apliques que simulan sendas lamparas clásicas contribuyen aún más a crear un ambiente de fantasía.
En el interior encontramos un elemento de tensión constructiva, es la partición de las pared de piedra entre la cocina y la sala de estar. Esta especie de isla conecta ambos espacios pero al mismo tiempo los mantiene separados. La sala de estar ha sido pensada para reunir a una gran cantidad de invitados, por ello, se ha optado por establecer un largo sofá rinconera como protagonista. La mesa central se caracteriza por una gran ligereza visual conseguida a través del uso de mobiliario de alambre entra el que encontramos un clásico como la silla Eames.