Los promotores deseaban una casa de vacaciones de diseño simple y que conectara y respetara el entorno natural de la
isla escocesa de Skye. El equipo de arquitectos de
Rural Design se encontró con un paisaje geológico excepcional con suaves ondulaciones presentes desde la Edad de Hielo, esto suponía una gran dificultad, ya que el terreno no podía alterarse si se deseaba cumplir las premisa de respeto al entorno que habían transmitido los cliente. La decisión final fue elevar el edificio del suelo a través de finos pilotis de hormigón. De este modo se logro solucionar el problema del respeto al medio y al mismo tiempo orientar mejor la vivienda hacia las vistas.
La forma de la casa se estrecha deliberadamente hacia el norte, la reducción de su superficie, permite concentrar los espacio para la vida y orientarlos mejor hacia las vistas a través de una gran cristalera. El acceso se lleva a cabo a través de un pequeño puente de madera. Los vanos han sido situados estratégicamente, los situados en la altura superior del volumen captan la luz natural, mientras que los inferiores tienen como objetivo enmarcar las vistas, como pequeños lienzos dibujados con el pàisaje.
El interior está revestido principalmente en OSB, que proporciona resistencia a la estructura de madera y sirve de apoyo para el revestimiento. El espacio es un bien escaso en la casa ya que dispone de menos de 70m2 por lo que los espacios para almacenamiento se han repartido inteligentemente a lo largo de la casa. Una sencilla escalera de madera contrachapada conduce a la planta superior en la que encontramos el dormitorio principal.
La casa fue construida en el lugar con materiales gran parte de los materiales procedentes del territorio, esto ha supuesto un ahorro en costes. En el interior se requiere poca calefacción gracias a los altos niveles de aislamiento y estanqueidad del aire que ofrece el OSB, esto contribuye a reducir su huella energética, contribuyendo a su sostenibilidad.
En el exterior la textura y el ritmo de los tablones de madera de alerce escocés permite al edificio integrarse en el paisaje en un alarde de diseño rural contemporáneo.
La vivienda ha sido diseñada para un familia que vive en el exterior y desea pasar un año en su país de origen,
Finlandia por el estudio local
Playa Architects. La parcela se sitúa cerca de un lago y una playa natural que entorno propicio para el descanso. Desde el interior una gran ventana apunta hacia el lago, los arquitectos han abierto el interior hacia este elemento natural, mientras que permanece resguardado del denso bosque.
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© Tuomas Uusheimo |
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El programa queda dividido por un jardín-atrio y una terraza cubierta, a un lado encontramos pequeñas habitaciones, al otro, espacios de vida de dimensiones más generosas. Durante el verano la distribución en planta Permite la circulación completa a lo largo del programa. En lugar de separar totalmente la sauna del edificio principal como es tradicional en el diseño escandinavo, la sauna se ha integrado bajo el mismo techo de la vivienda. Un amplio pasillo al aire libre conecta ambos espacios lo que permite a los usuarios de la sauna enfriarse para recuperar la temperatura del cuerpo.
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El exterior de color negro está pensado para difuminar el volumen del edificio entre las sombras de los árboles que conforman el bosque. En el interior se ha empleado madera tratada d abedul, pino y aliso, junto a este material se ha utilizado cemento pulido para crear la isla de la cocina que al mismo tiempo acoge una sencilla chimenea empotrada. El suelo y el techo son exclusivamente de madera de pino lo que le confiere al espacio una cierta uniformidad en cuanto a texturas y tonalidades.
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El estudio de arquitectura checo
Uhlik Architekti recibió un encargo singular, el cliente deseaba un espacio en el que poder ocultarse y huir de la vida frenética de Praga. Ya había adquirido con anteriroidad al encargo una parcela en medio de la naturaleza dentro de la región de Bohemia, un lugar que le traía recuerdos de su niñez. "Nos llevó a un lugar apartado y olvidado. Estaba en e medio del campo, entre bosques y prados, lleno de piedras extrañas. El paisaje mágico y el deseo del cliente caló en nuestros corazones.", comentan desde el estudio Uhlik Architekti.
"Nos llevó a un lugar apartado y olvidado. Estaba en e medio del campo, entre bosques y prados, lleno de piedras extrañas. El paisaje mágico y el deseo del cliente caló en nuestros corazones." Uhlik Architekti.
Los arquitectos decidieron construir con sus propias manos, una casa de tan sólo 16 m², con el apoyo de un carpintero y un herrero. La casa se adapta al terreno: su entrada descansa sobre las rocas más bajas, mientras que el fondo se asienta suavemente sobre una roca.
El interior de la casa consta de una sola habitación, un espacio libre y multifuncional con tres funciones: servir como asiento, cama y armario.
El exterior de la casa fue construida con madera procedente de los árboles del entorno, mientras que el interior ha recibido un recubrimiento de OSB (paneles de madera industrial). La vivienda se sella con dos capas de tela asfáltica.
Las superficies de vidrio que encontramos en la puerta lateral y la ventana trasera, garantizan la entrada de abundante luz. Paneles de madera esconden completamente los cristales. Así que cuando no hay nadie allí, el edificio se convierte en otra piedra en el medio del bosque.
Pasarelas de madera elevadas se extienden a través de un paisaje junto al mar, atravesando las dunas características del paisaje de Long Island. Al caminar a través de estos senderos se puede disfrutar de una paisaje cambiante que se complementa con modestas construcciones que desafían a los elementos naturales extremos que se encuentran en la intersección de la tierra y el mar. Este diseño para una casa de vacaciones en Water Mill, Nueva York, utiliza una pasarela como la descrita como un dispositivo arquitectónico para tejer varias partes que componen un lugar histórico para la arquitectura norteamericana al que se le han añadido nuevos elementos constructivos y paisajísticos.
Ubicado junto a un pequeño brazo de mar, el lugar contenía dos edificios, un estudio y una pequeña casa, ambos diseñados en
1962 por el arquitecto estadounidense
Andrew Geller. En cuanto al paisaje se combinan zonas de humedal con otras semidesérticas donde arboles como el tejo o plantas autóctonas como la Iris Siberica han creado un ecosistema de alto valor ecológico. La intervención dirigida por
Bates Masi Architects ha consistido en la creación de una nueva vivienda principal. Los propietarios solicitaron un diseño que unificase todos los elementos dispares, naturales o no, que estaban presentes en el lugar. Para lograr esto, una pasarela de madera atraviesa la parcela con el objetivo de unificar las relaciones visuales y espaciales entre los elementos. El camino toma la forma de los paseos marítimos característicos de la arquitectura de Geller.
Las restricciones de servidumbre y de conservación del ecosistema natural se superponen para crear los parámetros de la ruta serpenteante. La ruta tiene su origen en la Casa Geller para posteriormente bordear la nueva piscina que se sitúa frente al estudio original de 1962. Al final de la parcela encontramos la nueva vivienda. Una cubierta en voladizo envuelve su extremo, justo en la terminación de la ruta, ofreciendo vistas del humedal y el arroyo. La superficie del camino se pliega hacia arriba para convertirse en el recinto de la casa principal, que funciona al mismo tiempo como suelo, pared y techo. Todas las superficies de este recinto se construyen con la misma madera que se ha empleado para realizar el sendero. Esta uniformidad refleja la influencia del trabajo de Geller. De esta forma, el material, las cualidades espaciales y físicas facilitan un diálogo arquitectónico entre las estructuras Geller y nueva casa que se entrelaza con el paisaje existente, recogiendo los elementos que una vez fueron individuales en un todo unificado.
En plena naturaleza castellana, en el pueblo de
Berrocal, Segovia, ch+qs arquitectos han diseñado esta vivienda caracterizada por una gran sencillez y pureza de líneas. El prado fue adquirido hace 15 años por sus promotores y tras 12 años contemplando un paisaje dominado por el color amarillo decidieron construir una casa que alterase lo menos posible el paisaje. El color amarillo ha sido clave en el proyecto tal y como describen sus arquitectos: "se trata de un paisaje humanizado de prados, vallas de piedra, fresnos y arroyos, un paisaje de pequeña escala, mínimo, casi doméstico, y donde absolutamente todo sucede en amarillo".
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© FG+SG – Fotografia de Arquitectura |
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En verano, el cereal tiñe el paisaje de amarillo, en invierno los destellos de los líquenes aportan un tono amarillo, en primavera las flores silvestres crea un cuadro de verdes y amarillos y en otoño las hojas de los fresnos crean una alfombra que cubre el paisaje. La vivienda constituye un refugio, un pedazo de paisaje como si de un marco se tratase, un pequeño umbral habitado con dos puntos de vista, uno al este y otro al oeste.
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© FG+SG – Fotografia de Arquitectura |
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Los 150m2 se reparten en varios espacios abiertos y conectados entre sí. Dos grandes cristaleras fusionan el interior con el paisaje, difuminando los límites internos y externos. Al oeste, una vista cercana de rocas, musgos, zarzas y antiguos fresnos. Y al este, se presenta las lejanas montañas amarillas. Esa doble mirada y el cuerpo terminaron de dibujar la casa.
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© FG+SG – Fotografia de Arquitectura |
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"Y al sentarse, al detenerse en el umbral, la casa desaparece y prosigue el mundo en amarillo"
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© FG+SG – Fotografia de Arquitectura |
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Datos del Proyecto: Ubicación: Berrocal, Segovia, España
Arquitectos: Josemaria de Churtichaga, Cayetana de La Quadra-Salcedo (
ch+qs arquitectos)
Superficie: 150.0 m2
Proyecto: 2011
Construcción: 2014
Fotografías: FG + SG